Bueno, pues ya tenemos fecha para unas elecciones generales en las que es de prever que los que crearon el plato de la versión hispánica de la crisis saquen del poder a quienes nos lo han servido tarde y mal. Por lo que a mí respecta, no pienso participar de la fiesta, aunque creo que ganará Rajoy sin obtener la mayoría absoluta que sin duda hoy conseguiría. Al PSOE le queda comprobar si de verdad ha tocado fondo después de la debacle en las municipales y autonómicas de hace unos meses, y si cuatro años en la oposición le servirán para construir una alternativa creíble o para continuar en caída libre. Lo malo para quienes nos estamos tragando el plato que mencionaba al principio, es que el adelanto electoral hace pensar que quienes lo han decidido pronostican que en noviembre el país estará mejor que en marzo, o sea, que la recuperación económica no se la creen ni ellos.