El president Artur Mas, en una de las típicas arengas veraniegas con que los líderes políticos obsequian a ese embrión de futuros vividores que los partidos llaman Juventudes, ha dicho que, ante las elecciones españolas del 20-N, lo que ha de hacer Catalunya es avanzar hacia su emancipación nacional (se conoce que alguno de sus asesores de imagen le ha sugerido evitar la palabra independencia, que provoca sofocos entre la gente de orden). Mucho confía Arturito en Rubalcaba, porque si el PP gana las elecciones con mayoría absoluta el único avance, de Catalunya y de España, será hacia el precipicio. Lo de la «emancipación» me parece un término poco afortunado: a ver si va a resultar que, después de mil años de historia, Catalunya sigue siendo una adolescente… que, dicho sea de paso, si se deja gobernar por esa tropa, es que tampoco anda muy sobrada de hormonas.