Hoy la cosa iba más o menos bien, dentro del desastre, pero ha sido acabar la rueda de prensa del gobernador del BCE, Jean Claude Trichet, y empezar a hundirse los indicadores económicos. En atención a la salud mental de los europeos, en especial la de los ciudadanos de los países de segunda, me atrevo a pedirle a este señor que en adelante no vuelva a abrir la boca en público salvo para beber agua, porque como hable dos veces más este año y el efecto de sus palabras sea el mismo qu el de hoy, ya sólo tendremos que buscar a los otros tres jinetes.