La todavía ministra de Defensa, Carme Chacón, se ha preguntado en voz alta por qué una mujer catalana no puede dirigir el PSOE. Nada lo impide, lógicamente. Ahora sólo falta que los socialistas encuentren entre sus filas una mujer catalana dotada de suficiente talla política como para dirigir el partido porque, desde luego, la señora Chacón está muy lejos de serlo. Su trayectoria demuestra que su nivel político anda muy por debajo de su ego. Y que nadie se equivoque, si la muy trepa Pijiministra no se come una rosca en sus indisimuladas ambiciones sucesorias no será por ser mujer ni catalana sino, sencillamente, porque no vale.