He leído el auto por el que un juez onubense archiva una denuncia contra el rey Baltasar, acusado por una ciudadana del lugar por haberle lanzado un caramelo «con demasiado ímpetu», provocándole lesiones oculares. Esta resolución constituye un tremendo error judicial. Para empezar, los Reyes Magos tendrían que ir al trullo así, sin preguntar, sin juicios ni mayores remilgos. Además, estoy seguro de que el tal Baltasar ni siquiera tiene los papeles en regla, y seguro que conocía a su acusadora y le dio el caramelazo adrede. Con estos jueces, cómo podemos esperar que condenen a Urdangarin…