El Barcelona se proclamó anoche campeón de la Liga ACB al derrotar en el quinto y decisivo partido de la final al Real Madrid por 73-69, en un Palau Blaugrana abarrotado y entusiasta como pocas veces. Después de la paliza recibida en el tercer partido, pocos hubieran apostado por el triunfo de un Barça lastrado por un sinfín de problemas físicos y por la paupérrima aportación de varios de sus jugadores. El Real Madrid, equipo con mucho talento y mejor condición física que su adversario, lo tenía todo a favor en el cuarto partido. Y lo perdió, porque el equipo azulgrana resurgió de sus cenizas cuando estaba contra las cuerdas, apoyado en el siempre excelso Lorbek, en el muy buen rendimiento de dos jugadores muy cuestionados (Wallace y Huertas, cuyo churrotriple del primer encuentro ha resultado al final decisivo), y en la confusión que provocaron en el Madrid los cambios defensivos y los movimientos tácticos hechos por Xavi Pascual, entrenador que, a diferencia de otras veces, supo hacer ganar a su equipo cuando éste era inferior en muchos aspectos a su adversario. Después de los fracasos de la Copa del Rey y la Euroliga, el Barça puso todo lo que tenía para ganar la ACB, y dio el primer paso para conseguir el título llevando de nuevo la serie a Barcelona.
Aún jugando en casa, la victoria azulgrana parecía de todo menos sencilla. Lorbek, merecido MVP de la final, jugó mermado el quinto partido, aunque su aportación en el último cuarto fue decisiva para la victoria de su equipo, que dominó siempre el marcador, aunque por muy escaso margen, y ganó la Liga por orgullo y por carácter, impidiendo que el Real Madrid pudiera imponer su rápido ritmo de juego y apoyándose en el excelente partido, tanto en ataque como en defensa, de un Pete Mickeal que siempre se crece en los momentos importantes, y de un resucitado Fran Vázquez. Merecido título para un Barça que peleó hasta el límite por obtenerlo.
El futuro, sin embargo, se ve de color blanco. El Madrid tiene un equipo joven y talentoso, muy posiblemente reforzado la próxima temporada con el fichaje de Rudy Fernández, y el Barcelona, en cambio, tendrá que hacer varios cambios, y acertar en ellos, si quiere seguir siendo un equipo ganador. La probable marcha a la NBA de Lorbek, el mejor ala-pívot de Europa, puede resultar traumática para un equipo al que le será casi imposible sustituirle por un jugador de nivel ni siquiera parecido. El resto de estrellas del equipo, es decir, Navarro y Mickeal, empiezan a notar en exceso la edad y las lesiones; el rendimiento de la mayoría de los fichajes de este año ha sido más bien decepcionante, y urgen cambios para que el equipo pueda seguir compitiendo al máximo nivel, y estar atinado en ellos porque la situación económica no permite fichar lo que se quiera y al precio que sea. Sin duda, Joan Creus va a ganarse el sueldo a partir de hoy, pero de momento, el Barcelona ha demostrado poseer el carácter del que están hechos los equipos campeones.