Que el balance fiscal de Catalunya es muy negativo es algo más que sabido. De ahí que la idea de que el dinero de aquí se ha de quedar aquí resulte tan atractiva por estos lares. Claro que si alemanes, holandeses, fineses o daneses aplican la misma teoría con su parné, quienes vivimos en Catalunya y en España vamos a tener que cogerle gusto a lo de comernos los mocos. Por otra parte, se trata de un discurso que fuera de Pedralbes y la patronal no debería ser tan popular, por insolidario. Que es preciso un mejor equilibrio fiscal para Catalunya, desde luego. Que la propuesta de pacto fiscal aprobada ayer en el Parlament puede ser un medio para conseguirlo, quizá. El problema es en manos de quién ponemos el dinero, y esas manos son las de Convergència i Unió, formación que demuestra que la derecha catalana actúa, al igual que la española, como un perfecto híbrido entre un partido político y una organización mafiosa. Si no tienen suficiente dinero, deberían pedírselo a Ferrovial, empresa española con la que están en tratos desde hace lustros, en lugar de cerrar quirófanos y enviar profesores al paro. Habrá quien diga que esto es demagogia: tal vez, pero no es engañar a la gente, como sí lo es insinuar independencias sin hacer la más mínima alusión a qué ocurrirá después, a qué tipo de país se aspira a conseguir. Hoy mismo Oriol Pujol, el fill de l´amo, alias Zumosol, aparece relacionado con una (otra, más bien) trama de corrupción. Por si había alguna duda, ahora todos podemos tener claro que no es hijo del butanero. Pues nada, den la llave de la caja a esta tropa, pues no será Catalunya (que, como toda nación, es una entidad inexistente) quien tenga más dinero, sino ellos y sus amigos, corruptos e insaciables hasta la médula. Los demás, a papar moscas y a disfrutar del latrocinio que, eso sí, será la mar de patriótico. También esta casa hay que limpiarla, y Artur Mas y sus cuarenta ladrones deben tomar el mismo camino que Brey el Enterrador: largarse para no volver y, después de eso, decir dónde esconden, ellos y sus desinteresados patrocinadores, lo robado. Mientras eso no ocurra, cualquier cosa que se haga es sacar el dinero de un pozo sin fondo para meterlo en otro.
Bueno ya sabemos que zumosol se lo zampa todo, pero es verdad que no somos un país muy organizado, Catalunya siempre ha sido pionera en crear personajes que van a la suya, genios y figuras, sin sometimiento a muchas convenciones, Dalí, Miró, los anarquistas estarian entre ellos,pero si me han de robar, que no quiero, ni lo querré nunca, prefiero que lo haga gente con iniciativa, vamos gente a la que no le moleste sentirse diferente poque siempre lo han sido, mientras que en España está aún muy presente ese sentimiento de Hernán Cortes «The Killer», de sometimiento al ordeno y mando (con quien pueden, porque con el País Vasco lo de ser solidarios va a ser que no…), de o se es español o se es un subnormal, y yo pués puestos a preferir prefiero a los diferentes
Bueno, Miró era balear, y en cuanto a los anarquistas (opción política eminentemente internacionalista, como todas las de izquierda), Durruti y Ascaso eran… ah, sí, españoles. Como Goya, Velázquez, Quevedo, Cervantes, Unamuno, Valle-Inclán, Picasso, Baroja, Lorca, Juan Ramón Jiménez, etc., etc. No soy nada de patrias, no me siento catalán ni español, y a quien me roba no le miro la bandera (que para mí tiene el mismo valor sentimental que el papel de váter, aunque éste sí me resulta útil), es un ladrón, y punto. Lo de ser tratados como los vascos hay que ganárselo, pues no es gratis. Ya que los nombra, le diría que cada vez que he ido a Euskadi sí percibo diferencias respecto a España, cosa que en la parte de Catalunya que conozco (¿la otra pinta algo?), no me ocurre jamás. Todo lo malo de España, o casi, lo encuentro también en Barcelona y alrededores, por mucho que algunos de sus habitantes, o la mayoría, hablen catalán en lugar de castellano. Y, repito, quienes mandan en Madrid y en Catalunya son la misma mierda.
Perdon que le rectifique pero si Barcelona es Catalunya, la que importa claro,Miro era catalan.
Tiene usted toda la razón en lo de Miró, pues efectivamente él y yo somos paisanos. Gracias por la rectificación, es bueno que haya gente ahí que se dé cuenta de que la cago y me lo haga saber. Sobre si Barcelona es Catalunya… no lo tengo muy claro. Creo que el impuesto título de capital de Catalunya que tiene mi ciudad se le queda pequeño, y que en una Europa unida (que es lo que en el fondo yo querría) le debe corresponder un lugar más relevante que ese.