CHUCK PALAHNIUK. Snuff. Mondadori, 199 páginas.
Chuck Palahniuk es, y lo será siempre, el autor de una de esas novelas definitivas que pueden cambiarle la vida a algunos de sus lectores. Esa obra, El Club de la Lucha, fue su ópera prima. Iniciar una carrera literaria con semejante bombazo puede ser un arma de doble filo pues, por un lado, asegura una legión de fans entusiastas, mucho interés y buenas ventas para tus siguientes novelas, pero a la vez crea la obligación de estar siempre a la altura del gran hito conseguido, es decir, una legión aún mayor de individuos que se pasarán la vida repitiendo «el primero era mejor». He de decir, por lo que a mí respecta, que Snuff es el segundo libro de Palahniuk que leo después del que ya saben… y sí, aquél era mejor. Lo que no impide que Snuff sea un muy buen libro y un entretenimiento de primera.
La premisa argumental tiene su miga: Cassie Wright, una actriz porno en decadencia, espera revitalizar su carrera con una película, La Tercera Zorra Mundial, que pasará a la historia del género, pues Cassie será follada ante las cámaras por seiscientos hombres, y así batirá por amplio margen el récord mundial del interesante deporte del gangbang. La narración se desarrolla casi íntegramente en la sala de espera del estudio, en la que los seiscientos participantes en la plusmarca esperan a que la coordinadora de actores les haga subir al plató para entrar a formar parte de la historia del porno. Eso sí, ¿podrá resistir un cuerpo humano semejante ajetreo, o lo que empezó siendo una película porno acabará por ser una snuff? La historia se centra en cinco personajes: el señor 72, un joven desarraigado que cree ser el hijo que Cassie Wright dio en adopción antes de convertirse en musa de pajilleros; el señor 137, un antiguo actor de televisión apartado del estrellato después de un escándalo homosexual, y el señor 600, una ex estrella del porno que tuvo mucho que ver en la vida de Cassie muchos años atrás. Junto a ellos, la coordinadora de actores, a través de la cual habla muchas veces la protagonista del récord, explica su versión de una historia que, como todas las que surgen del retorcido cerebro de Chuck Palahniuk, no tendrá el desarrollo que sus protagonistas esperaban.
Por encima de otras valoraciones, hay un mérito que nadie puede negar a Palahniuk: la lectura de sus obras no deja a nadie indiferente. Se le ama o se le odia. Yo estoy en el primer grupo porque me gustan los autores que escriben con nervio, que llegan allá donde otros no se atreven, que no sólo no rehúyen la polémica sino que incluso la fomentan (a veces de forma demasiado autoconsciente, todo hay que decirlo), que intentan conmover y hacer reaccionar a una sociedad narcotizada. Snuff, que por su temática y desarrollo puede relacionarse con ese magnífico film de Paul Thomas Anderson llamado Boogie Nights, es un documentado buceo por el mundo del porno, y también un acerado estudio de unos personajes que están muy lejos de ser lo que fueron. No se retrocede ante lo soez, y la visión que se ofrece del universo del cine pornográfico no es ni idílica ni patética, sino todo eso y lo contrario. Los títulos de las películas porno que conforman la filmografía de Cassie Wright son casi siempre hilarantes, las anécdotas, reales o apócrifas, que ella le explica a la coordinadora de actores (y que siempre están relacionadas con estrellas de cine), la mar de jugosas, y el tono general invita a una lectura ágil, rápida y casi siempre placentera. Se trata, sin duda, de un libro provocador no apto para mentes muy refinadas, pero créanme: si no existiera Chuck Palahniuk, el mundo sería bastante más aburrido.