Dicen que un reloj estropeado da la hora correcta dos veces al día. Por ello, y sin que sirva de precedente, voy a elogiar una propuesta del ministro Montoro, la de publicar la lista de los mayores morosos a la Hacienda Pública para que sepamos quiénes son los campeones del fraude. Más allá de palabrerías, llamadas al sacrificio ajeno regadas con Vega Sicilia y demás ejercicios de cinismo, es hora de que nos vayamos conociendo todos un poco más y la ciudadanía sepa quiénes cumplen y quiénes y cuánto defraudan, para poder así obrar en consecuencia respecto a unos y otros. Es de desear que esta cuestión se lleve a la práctica más pronto que tarde y no se quede en una bravuconada más de este ministro tan locuaz como poco efectivo.
En cambio, cuando Montoro critica a la prensa por ponerle verde (que es lo que toca, vista su actuación), a don Cristóbal se le ve mucho el plumero. Haz algo bien y te alabarán, o al menos podrás quejarte con razón si no lo hacen; de lo contrario, cierra el boquino y a cazar defraudadores, que es lo tuyo.
Y mientras tanto, por aquí se sigue negociando la construcción del País de las Maravillas sobre las ruinas de lo que un día fue un castillo…