Ante el continuo goteo de choriceos, corruptelas, cortinas de humo vendidas como bálsamo de Fierabrás y la aún más continua sensación que tiene el españolito medio de ser cornudo y estar pagando la cama, no es extraño oír decir a amigos, amigas, familiares, conocidos y tertulianos aficionados que vivimos en un país de mierda. Error. El país es maravilloso, siempre que uno haya nacido en la familia adecuada, conozca a y se rodee de la gente adecuada, milite en las organizaciones adecuadas y deposite su dinero en los sitios adecuados. Para ser un pringado, sí es cierto que el país es bastante de mierda, y subiendo…