A la Europa que repara injusticias como la Ley Hipotecaria española se la defiende, se la ensalza y se la aplaude. En cambio, la Europa que con sus políticas económicas está llevando a pueblos enteros a una miseria duradera, cuyo último eslabón es el corralito financiero decretado en Chipre, constituye el principal obstáculo para una verdadera Unión que, en países gobernados por chorizos e incompetentes como España, necesitamos cada vez con más urgencia. Quiero a la Europa que corrige y mejora el desastre que tenemos por aquí, no a la que lo empeora.