El pasado noviembre explicaba por aquí mis impresiones sobre el concierto que el nuevo trío encabezado por Carles Benavent ofreció en la sala Luz de Gas. Unos meses después, la formación se presentó en el Jamboree, mi lugar favorito para ver jazz en directo. Si el año pasado el bajista del Poble Sec y Roger Mas apenas iniciaban su andadura artística conjunta, hoy puede decirse que, con la inestimable ayuda del batería y percusionista Roger Blavia, el proyecto confirma las buenas maneras que apuntaba en sus inicios y, mucho más rodado, ofrece momentos de gran música, que es esa que, a partir de la técnica y el ensayo, llega a la magia, al sentimiento. Un buen disco y un directo de una calidad rarísima en el panorama patrio es lo que, por ahora, ofrece este grupo. No es, desde luego, poco, pero la cosa va a más. Anoche, el repertorio fue casi idéntico (con las lógicas salvedades que se producen por la menor duración de los pases en el Jamboree) al interpretado en noviembre, pero el mayor rodaje y la distancia corta lo llevaron más arriba. Empezaron con ¿Bailas?, dieron y se dieron el gusto de homenajear a Don Alias y Frederic Mompou, apretaron el acelerador mirando a los setenta con En buenas manos y se despidieron con una de las joyas del repertorio de Benavent, De perdidos al río. Muy buen concierto, música precisa, a ratos preciosa, siempre abierta, en constante desarrollo. A Benavent, al menos en lo musical, los años no parecen pesarle en absoluto, y se ha buscado buena compañía.
Pues eso, al río:
Recordando a Mario Pacheco, con Blavia y Jordi Bonell: