Ladies and gentlemen, quienes ya hemos vivido unos cuantos veranos sabemos que no hay nada más estival que una canción de Georgie Dann. Sí, ya sé que los listos de turno están preparando términos como «freakie» u «hortera». Vale, pues que les den. Ayer tarde escuché la última canción del rey indiscutible del verano español, titulada La cerveza, y no sólo disfruté de lo lindo (casi tanto como si me hubieran pagado un sobresueldazo en sobre marrón, o como si me hubiera enterado de que mi cuenta de gastos la paga Ferrovial), sino que afirmo que, en los últimos tiempos, he escuchado pocas canciones que digan tantas verdades en tres minutos como la última de don Georgie, un hombre al que, seguramente, cabe atribuirle cierta responsabilidad en no pocos de los nacimientos producidos en España en las últimas décadas, en especial en la de los 70.
Ahí va el tema. Recomiendo escucharlo después de la ingesta de una buena cerveza. O de varias.