Que Christian McBride es considerado por muchos el mejor contrabajista del mundo no es ningún secreto. Acompañante requerido por multitud de estrellas, sus proyectos como líder destacan por su eclecticismo y su rigor. Anoche presentaba, al frente de su trío y en el muy coqueto auditorio del Conservatori del Liceu, su último álbum, titulado Out here, que supone un retorno al blues y a los viejos standards de un músico que aúna respeto a la tradición y modernidad.
El concierto empezó con algo de retraso, pues McBride había impartido con anterioridad una masterclass para los alumnos del Conservatori, pero la espera valió la pena: las dos primeras canciones, Ham Hocks and cabbage (que da comienzo a Out here) y el clásico de Monk I mean you dejaron bien a las claras que McBride y los suyos habían venido a gustar, y a gustarse. Su música es tan elegante como su vestuario, y tanto el pianista Christian Sands como el batería Ulysses Owens son dos de las figuras emergentes más interesantes del panorama jazzístico actual. Este trío es un verdadero lujo, y lo tiene todo: virtuosismo, compenetración, inspiración, gusto por el riesgo y un sonido bestial. Si a alguien no le gusta, el problema lo tiene él (o ella). Destacar algo es difícil, pero la hermosamente deconstruida versión de My favourite things que interpretaron merece un diez sobre diez. Con temas como éste, o como la versión del clásico del soul Who´s making love, Out here se convierte en un álbum imprescindible, que mejora interpretado en directo como inevitablemente sucede cuando sobre el escenario se reúnen músicos de tanto nivel. Está claro que, desde hace ya varios años, la formación que mejores noticias está dando al jazz es el trío de piano, contrabajo y batería. El que lidera Christian McBride es, sencillamente, uno de los mejores, y fue un placer escucharlo en una desapacible noche de otoño en Barcelona.
En Viena, interpretando una excelente canción escrita por Benny Golson:
Una de las mejores canciones de Out here: