Esta madrugada ha fallecido uno de los grandes de la guitarra jazzística, Jim Hall, un músico de técnica prodigiosa, toque sutil y elegante y dueño de un sonido cuya influencia sobre tótems como Metheny o Frisell está fuera de toda duda. Por suerte, su música seguirá haciendo del mundo un lugar menos feo.
Junto a otra gloria del jazz, Art Farmer:
Junto al trío de uno de sus grandes discípulos: