Ahora que parece que por fin ha llegado la primavera, ahí va la píldora de este mes, escrita en homenaje a quienes saben que una paja a tiempo es una victoria.
SEMEN RETENTUM VENENUM EST
Señor, hazme puro, pero no todavía.
AGUSTÍN DE HIPONA
La vida sexual pública de César era la propia de alguien que no era alto, guapo, rico ni gracioso, es decir, algún polvo esporádico y ocasionales visitas a prostíbulos. La privada consistía en una amplia colección de revistas eróticas, que incluía todos los números de Penthouse desde julio de 1991, una aún mayor colección de vídeos softcore y hardcore, en los que era todo un experto, y una paja al día como mínimo para mantenerse en forma. Sin embargo, un mal día a César se le ocurrió pensar que tal vez el éxito de su vida sexual privada podría tener algo que ver en el fracaso de la pública, y ese pensamiento fue creciendo en su desaprovechado cerebro hasta adueñarse de él. Y César se hizo puro, donó su colección de revistas a los más necesitados, consiguió un buen dinero a cambio de sus vídeos y dejó de tocarse la polla para otros fines distintos a los estrictamente higiénicos. A corto plazo, las únicas cosas que aumentaron con su recién estrenada castidad fueron sus reservas de semen, sus visitas a burdeles (con lo que eso suponía para su minúsculo sueldo) y su mal humor. Pese a todo, César no era de los que se daban por vencidos con facilidad, y se esforzaba en reprimir sus frecuentes erecciones mucho más de lo que nunca se había esforzado en provocarlas.
En el trabajo y en los bares, César conoció a muchas mujeres, pero pronto comprobó que, como siempre, sólo las que no le gustaban le hacían caso o, como dijo una vez otro artista del hambre que le precedió, “no encontraba comida de mi gusto”. Cuando se trata de follar, muchos son los llamados y pocos los elegidos, así que César sólo consiguió, sin tener que pasar por caja, varias sesiones de toreo de salón y una mamada de calidad más bien discutible en su primer trimestre de pureza. En vista de la nula mejoría, César pensó en comprarse una muñeca hinchable, pero descartó la idea después de ver Tamaño natural tres veces seguidas.
Pasó otro mes, y aún le fue peor: sólo una mujer de enorme parecido físico con uno de los componentes de Martes y Trece se mostró dispuesta a tirárselo gratis. Pasó un mes más, y hasta esa mujer le rechazó sólo porque él la había rechazado a ella antes.
Y llegó la primavera, época en que la carne vuelve a florecer bajo la ropa. Para entonces, César ya estaba en las últimas: delgadísimo, ojeroso, tenso, incapaz de concentrarse en nada… Sí, realmente se había convertido en toda una estrella del ayuno. Todo era sexo, sexo por todas partes, en los anuncios, en las tiendas, en la calle, en las discotecas y hasta en los documentales de La 2. Pechos de todos los tamaños que amenazaban con salirse de los escotes, minifaldas, botas altas, tangas negros bajo pantalones blancos, lolitas de barrio que se apretujaban contra él en el metro… César estaba, literalmente, a punto de reventar: incluso mujeres en las que nunca antes se había fijado estaban empezando a parecerle follables. Por suerte para él, llegó su cumpleaños y se regaló un polvo en el mejor puticlub de Barcelona con una mujer que no desmerecía en nada a aquellas que un día llenaron su habitación en fotografías y vídeos. ¡Oh, qué tiempos aquellos! “ Tal vez la culpa del fracaso de mi vida sexual pública no la tuviera el éxito de la privada”, pensó César al salir del burdel. Una semana después de aquella grata experiencia, César estuvo a punto de tirarse gratis a una chica guapa y con cerebro, pero al final la mujer demostró su inteligencia y dejó a su pretendiente con un palmo de narices y una erección de caballo. Tras el nuevo traspiés, César se encerró en su casa y no salió de allí hasta una mañana en que, después de echar la primera meada del día, una gota de semen cayó de su polla como una lágrima. Aquella gota fue la que colmó el vaso. César se vistió, salió a la calle y al cabo de una hora regresó a su hogar con Zazel, joya absoluta del porno arty, bajo el brazo, y dispuesto a recuperar de inmediato el tiempo perdido.
después de echar la primera meada del día, una gota de semen cayó de su polla como una lágrima. etc.etc.
Es uno de los fragmentos más enternecedores que he leido en mi vida. Digno de su apartado «frases célebres». Mi más sincera enhorabuena.
Jamás se me ocurriría incluir una frase de mi cosecha en la única sección del blog que eleva el espíritu y culturiza al personal de una tacada. Lo que se incluye en las otras categorías puede tener un objetivo u otro, pero no ambos. El de la frase que tanto le ha gustado era, por supuesto, elevar el espíritu. El mío, se entiende (que por algo la cosa va de onanismo).