GRAVITY. 2013. 90´. Color.
Dirección : Alfonso Cuarón; Guión: Alfonso Cuarón y Jonás Cuarón; Dirección de fotografía: Emmanuel Lubezki; Montaje: Alfonso Cuarón y Mark Sanger; Dirección artística: Mark Scruton; Música: Steven Price; Diseño de producción: Andy Nicholson; Decorados: Rosie Goodwin y Joanne Woollard; Producción: Alfonso Cuarón y David Heyman, para Esperanto Filmoj-Heyday Films-Warner Bros. Pictures (EE.UU.-Gran Bretaña).
Intérpretes: Sandra Bullock (Dra. Ryan Stone); George Clooney (Matt Kowalski); Ed Harris (Voz de control); Orto Ignatiussen, Phaldut Sharma, Amy Warren.
Sinopsis: En el transcurso de una misión espacial, una lluvia de restos procedentes de un satélite ruso destruido provoca un serio accidente en la nave en la que viajan la doctora Stone y el astronauta Kowalski, y esto les obliga a intentar regresar a la Tierra mientras orbitan a través del espacio.
El más importante éxito del cine de ciencia-ficción desde Avatar lo ha conseguido esta multipremiada película que es a su vez un proyecto muy personal del director mexicano Alfonso Cuarón, conocido por ser el realizador de Y tu mamá también y de uno de los más alabados títulos de la saga de Harry Potter. Gravity es una película sobre dos personajes perdidos en la inmensidad del espacio, que deben arriesgar sus vidas para intentar regresar a la Tierra tras la destrucción de su nave, y es también una obra en la que se habla de la capacidad de superación del ser humano y, también, de su insignificancia dentro del cosmos.
Vaya por delante que el espectáculo visual que ofrece la película es mayúsculo. Imagino que los espectadores que hayan visto Gravity en 3-D se habrán sentido más cerca que nunca de experimentar la sensación de dar vueltas alrededor de la Tierra. Incluso sin ver el film en este formato, uno alucina al ver lo lejos que puede llegar el cine de nuestra época en cuanto a efectos especiales y perfección técnica. Ahora bien, ¿constituye eso un motivo suficiente para elevar una película a los altares? Mi respuesta es no, y el problema de Gravity es que la grandeza de su propuesta visual no está respaldada por un guión sólido. El libreto es flojo, y se alimenta de situaciones previsibles y, de acuerdo a lo que he oído decir a algunos expertos en la materia, patadas a algunas leyes fundamentales de la física. La falta de verismo no siempre es un obstáculo insalvable para apreciar los encantos de una obra que no deja de ser de ficción, siempre que el espectador esté tan metido en la historia que no llegue a darse ni cuenta de esta tara (Hitchcock era un maestro en el arte de colar lo inverosímil). Y eso, con Gravity, no me ocurre. El riesgo de hacer depender el funcionamiento de una historia de un solo personaje es notable, y creo que Cuarón no sale bien parado del envite. En mi opinión, al director mexicano le lastra el exceso de ego, su afán por conseguir que su nombre aparezca en los títulos de crédito las máximas veces posibles, y hubiera necesitado algún buen guionista a su lado. Hay muchos trabajando en televisión hoy en día. Por lo que a mí respecta, nunca llego a meterme del todo en la historia de esa astronauta perdida en el espacio que arrastra el trauma de la pérdida de su hija. Sólo hay una escena (que, por cierto, es la más peliculera de todas) en la que considero que la narración consigue el interés humano al que aspira, y es cuando la doctora Stone, a punto de rendirse, se da cuenta de que alguien cuya vida sí merecía la pena ha muerto para que ella consiguiera salvarse. Más allá de eso, la historia flojea.
Todos los peros que pueden ponérsele al film en su aspecto narrativo se esfuman cuando se habla del visual. Ahí, la labor de Cuarón es fantástica, y aún mejor la de quien quizá sea el director de fotografía más brillante en la actualidad, Emmanuel Lubezki. Su trabajo es la principal razón de que el espectador sienta que está en el espacio, más que viendo una película sobre él. En cambio, la partitura musical de Steven Price, siendo correcta, no me parece nada del otro mundo, y lo mismo puede decirse del trabajo de montaje: la película es corta en términos generales, pero no tanto respecto a lo que narra.
En el plano interpretativo, todo gira alrededor de Sandra Bullock, actriz de filmografía mayoritariamente horrorosa que en sus mejores momentos interpretativos apenas consigue superar el aprobado. Aquí se esfuerza, y a veces consigue cierta intensidad, pero quizá lo más fantástico de la película sea creerse a una científica tan sobrecargada de botox. Quizá Bullock pensó que tendría que intepretar al bebé que aparece al final de 2001, pero en todo caso tiene las mismas arrugas que él. George Clooney sabe actuar, va sobrado de carisma y no tiene aspecto de estatua de cera, pero aparece muy poco. Y no hay más actores, así que…
Resumiendo: excelente envoltorio, de los mejores que he visto, pero lo de dentro no es para tanto. Por lo visual, Gravity merece varios visionados; por lo narrativo, con uno basta. En este aspecto, la película se queda lejos de la anterior obra de ciencia-ficción de Cuarón, Hijos de los hombres.