Después de mi particular viaje del viernes a realidades paralelas, qué mejor manera de volver a las auténticas que ir al Jamboree para ver a un verdadero dream team del jazz nacional, el que forman Perico Sambeat, Javier Colina y Marc Miralta. El trío, además, está ultimando su nuevo disco, por lo que los espectadores que llenamos la sala pudimos escuchar algunas de las nuevas canciones que formarán parte del álbum.
El espectáculo comenzó con Sambeat tocando la kalimba, un instrumento africano que da título al primer tema que él y sus compañeros interpretaron. Después de este exótico inicio, el saxofonista valenciano tomó su instrumento de cabecera y empezó a deleitar al público con su pulcra forma de tocar, en la que las ideas parecen fluir sin esfuerzo. Junto a él, ese pedazo de contrabajista que es Javier Colina, cuyos solos nunca son un mero ejercicio de virtuosismo, sino una serie de notas perfectamente enlazadas en la que cada una de ellas tiene sentido. Y, cerrando el círculo, Marc Miralta, un percusionista excelente que además es un interesante compositor, la base perfecta para una formación de alto calibre. El repertorio consistió casi exclusivamente en canciones escritas por estos tres artistas, de entre las que alguna de ellas, como la composición de Perico Sambeat titulada Una cana al aire, destacó hasta convertirse en uno de los momentos álgidos del concierto. Como excepción, el trío interpretó Juramento, un bolero escrito por Miguel Matamoros que demostró que estas canciones funcionan de maravilla dentro del ambiente íntimo que siempre se crea en una sala como el Jamboree. Y, como despedida, el grupo tocó Apocalypso, otra muestra, ésta mucho más marchosa, del notable talento de unos músicos que sin duda atraviesan un buen momento creativo.
En Ourense, año 2009:
Con Chicuelo y por bulerías: