Una de las varias citas ineludibles del 46º Festival de Jazz de Barcelona tuvo lugar anoche, en el Auditori, con la presencia del Wayne Shorter Quartet, es decir, de uno de los referentes jazzísticos del planeta Tierra. Shorter tiene 81 años pero, musicalmente hablando, sigue siendo joven, y así lo ratifican sus últimos discos, desde Footprints Live! en adelante, grabados junto a tres músicos superlativos como Danilo Pérez, John Patitucci y Brian Blade. Este verdadero dream team compareció con extrema puntualidad en el escenario del Auditori para ofrecer uno de esos conciertos sin concesiones que les caracterizan. No defraudaron.
Shorter toca sentado (la edad no perdona) pero sigue bien de ideas. Su música, que figura entre lo más destacado que ha producido el jazz en el último medio siglo, es, en el mejor sentido de la palabra, cerebral, pero también muy intensa, alejada de los lugares comunes y amiga de los riesgos. Estructurado en cuatro temas, o sucesiones de temas, muy largos, el concierto consistió, en realidad, en dos conciertos, dependiendo del instrumento que tocara el líder: al tenor, Shorter se mostró conciso, incluso frío a veces. Lo mejor de la actuación tuvo lugar, sin duda, cuando esta auténtica leyenda del jazz tocó el saxo soprano, instrumento del que sigue siendo uno de sus mejores intérpretes. En esos momentos, la música de Shorter, Pérez, Patitucci y Blade siguió siendo igual de buena, pero adquirió más extroversión y más fiereza, ingredientes que nunca están de más y que los espectadores agradecimos con la intensidad que merecían. Podría decirse que este cuarteto toca suites, más que canciones o solos. Su música va de lo etéreo a lo contundente, exige atención pero a cambio ofrece placeres raros. El concierto tuvo varios momentos álgidos, pero lo que ofreció el grupo en el bis, con ese momento Hendrix de Brian Blade incluido, hay muy pocos grupos en el mundo que puedan darlo, y sólo por ello hubiera merecido la pena pagar el precio de la entrada. El hombre de Speak no evil, Adam´s Apple o Etcetera, la mano derecha de Miles Davis durante más de un lustro, el colíder de Weather Report, estuvo anoche en Barcelona al frente de su imbatible cuarteto. A veces, esta ciudad mola.
En Bonn, hace unos cuantos meses:
Footprints. No podía faltar: