SEPTEMBER. 1987. 81´. Color.
Dirección: Woody Allen; Guión: Woody Allen; Dirección de fotografía: Carlo Di Palma; Montaje: Susan E. Morse; Diseño de producción: Santo Loquasto; Vestuario: Jeffrey Kurland; Música: Miscelánea. Temas de Art Tatum & Ben Webster, etc.; Producción: Robert Greenhut, para Orion Pictures (EE.UU.).
Intérpretes: Mia Farrow (Lane); Dianne Wiest (Stephanie); Sam Waterston (Peter); Denholm Elliott (Howard); Elaine Stricht (Diane); Jack Warden (Lloyd); Ira Wheeler, Jane Cecil, Rosemary Murphy.
Sinopsis: Se acerca el fin del verano. En una finca campestre se reúnen Lane, una mujer deprimida y traumatizada; Diane, su madre, vitalista y actriz famosa en tiempos; Peter, un escritor que busca tranquilidad; Stephanie, una mujer casada que es la mejor amiga de Lane; Howard, un maduro profesor de francés, y Lloyd, un físico que es la pareja de Diane. El aislamiento y el alcohol harán que afloren los sentimientos ocultos entre ellos.
Casi una década después de Interiores, Woody Allen volvió al drama con esta pieza de cámara en la que las influencias de Bergman y Chejov están, de nuevo, omnipresentes. Como en la vez anterior, la respuesta de crítica y público al cambio de registro del director neoyorquino fue más bien tibia.
En esta ocasión, Allen recluye a media docena de personajes en una finca campestre y trenza una historia en la que mezcla los sinsabores del amor no correspondido con una famosa historia real del mundo del celuloide: el asesinato del mafioso Johnny Stompanato, amante de Lana Turner, cometido por la hija adolescente de la actriz. Teatro filmado, en resumen, con tormenta incluida y algunos diálogos trascendentes. Opino, sin embargo, que los dramas bergmanianos de Woody Allen gustan más cuantas menos películas del director sueco haya visto el espectador de turno, y yo he visto unas cuantas, las suficientes como para saber que el Allen puramente dramático nunca llega a igualar a su ilustre precedente.
Buena muestra del empeño que Allen puso en esta obra la da el hecho de que, una vez finalizado el rodaje, el director, insatisfecho con el resultado obtenido, filmó de nuevo la película entera sustituyendo a algunos de los actores originales, entre los que se encuentran Sam Shepard, Christopher Walken… y su por entonces suegra en la vida real, Maureen O´Sullivan. Aún así, la película sólo funciona en su tramo final y, hasta llegar allí, el film anda falto de intensidad y a ratos llega a aburrir, lo cual sorprende dado su escaso metraje y el talento de su guionista y director.
Los actores están muy bien, y cuesta destacar a alguno de ellos por encima del resto. Son los diálogos, a veces vacuos y pretenciosos, los que no están a la altura de los intérpretes. Allen dice no ser una persona culta: creo que eso es falsa modestia, aunque a veces, y eso pasa en Septiembre, su pecado es pasarse de culto. Quizá el director, que siempre se ha mostrado insatisfecho por ser reconocido sólo por poseer un don precioso y raro, el de tener gracia, quiera ser Bergman, pero su obra gana muchos enteros cuando se dedica a ser Woody Allen. Chejov y Bergman ya estaban inventados. Copiarlos a secas no tiene demasiado sentido. Septiembre es, o así lo creo, una de las películas más flojas dirigidas por Woody Allen entre Boris Grushenko y Desmontando a Harry. Con todo, no es un film desdeñable, aunque sólo sea por sus últimos veinte minutos.