Más de dos décadas lleva la Maria Schneider Orchestra siendo para el jazz lo mismo que es ahora Stephen Curry para el baloncesto: la excelencia pura. Anoche, esta infalible big band actuó en el Auditori. Como se encargaron de mencionar durante la presentación, es la sexta vez que Maria Schneider visita el Festival de Jazz de Barcelona. En varias de esos conciertos he estado presente, y en todos ellos he salido con la sensación de haber contemplado algo que prácticamente sólo ocurre en la música: a un colectivo humano que no desentona.
Schneider y sus hombres venían a presentar The Thompson Fields, el primer álbum de la banda en ocho años. El disco ha encantado, con razón, a la crítica, y su traslación al directo no hace más que mejorarlo. Música evocadora, ante la que hay que cerrar los ojos y dejarse transportar, en la que los solos encajan perfectamente en el conjunto y que aúna precisión milimétrica con libertad para la improvisación. Lo dicho, un colectivo humano rarísimo, en el que viejos camaradas de Schneider, como el multiinstrumentista Scott Robinson, brillante al saxo barítono en la parte final, ajustan los engranajes para que todo funcione, y los más recientes fichajes aportan coloridos nuevos, como esos aires rurales, muy a lo Bill Frisell, que aporta la guitarra de Lage Lund en el tema-título, uno de los momentos cumbre de la actuación, seguramente junto a Nimbus y Home. Para mí, la música de Maria Schneider es de noche, auriculares, cerveza o copa de vino y aislamiento del mundo; aún así, en sus conciertos, y pese a estar rodeado de gente (más que en su anterior visita a Barcelona, dicho sea de paso), a veces consigo alcanzar sensaciones parecidas, y ello ocurre gracias a la belleza de su música, a su rara perfección, que rematan los inspirados solos de tipos sobrados de talento como Greg Gisbert, Donny McCaslin (cuyo nombre no aparece en el programa de mano, pero formó una vez más parte de la banda) o Steve Wilson. La Maria Schneider Orchestra sigue siendo una bella rareza, lo cual es una fantástica noticia para el jazz.
En 2008:
Cómo suenan acompañando a un ídolo del pop en su más reciente aventura: