Para este melómano bloguero, el Festival de Jazz de Barcelona 2015, que muchas alegrías me ha dado, se acabó anoche. Y no pudo hacerlo de mejor manera, con Noa, una de las mejores voces del mundo, festejando sus 25 años sobre el escenario en el Gran Teatre del Liceu, rodeada de amigos y de un público fiel y entregado. A la entrada, la nutrida presencia de Mossos d´Esquadra nos recordaba el momento que vivimos. Una vez dentro del templo operístico de Barcelona, todo fue magia.
Presentó el evento Anne Igartiburu, amiga y admiradora de Noa. La cantante israelí gira esta vez junto a su inseparable guitarrista y director musical, Gil Dor, el percusionista Gadi Seri y la más reciente adquisición de su banda, el contrabajista Adam Ben Ezra. Músicos de alto nivel al servicio de una voz que está por encima del bien y del mal (del mal, sobre todo). Noa interpretó todos sus éxitos, algunos en compañía de invitados ilustres, y canciones de su último álbum, Love medicine. De las apariciones estelares, faltó la de Joaquín Sabina, que se quedó en Madrid por problemas de salud. Sí estuvieron Jorge Drexler, que interpretó dos canciones junto a Noa, un arrasador Miguel Poveda, cuyos duetos con la israelí fueron sencillamente excelsos, y un aclamadísimo, pero muy lejos de sus mejores facultades, Joan Manuel Serrat. Noa, que también se dedica a promocionar a artistas noveles, ofreció al joven cantautor hebreo Lionel la oportunidad de interpretar en el Liceu un sentido Aleluya. Buena voz, la de este cantante.
Durante dos horas y media se sucedieron las grandes canciones, a veces enlazadas con pasajes instrumentales muy meritorios, y el desfile de invitados. La fuerza de la música de Noa, la calidad de sus acompañantes y el gran ambiente, de emoción y alegría, que ella se encarga de crear en sus actuaciones, hicieron que el extenso espectáculo se me hiciera corto. Los momentos estelares fueron, a mi parecer, los mencionados duetos con Poveda (la versión de Uno queriendo ser dos fue memorable) y la eterna I don´t know. Para los bises quedaron Eye in the sky y La vida es bella, antes de despedirse interpretando una canción de hannukah junto a Gil Dor y a uno de los hijos de la cantante. Espero poder seguir viendo conciertos de Noa durante, al menos, 25 años más. Y, si son como el de anoche, mejor.
Lo que anoche no pudimos ver:
Y lo que sí: