Uno de los grandes teóricos del marxismo, Antonio Gramsci, demostró que la humanidad se divide entre los que utilizan la cabeza para pensar, y quienes lo hacen para embestir:
«MI PRAGMATISMO CONSISTE EN SABER QUE SI GOLPEAS TU CABEZA CONTRA LA PARED, SE ROMPERÁ TU CABEZA, Y NO LA PARED».