THE HAPPENING. 2008. 88´. Color.
Dirección: M. Night Shyamalan; Guión: M. Night Shyamalan; Dirección de fotografía: Tak Fujimoto; Montaje: Conrad Buff; Música: James Newton Howard; Dirección artistica: Tony Dunne; Diseño de producción: Jeannine Oppewall; Producción: Barry Mendel, Sam Mercer y M. Night Shyamalan, para UTV Motion Pictures-Spyglass Entertainment-20th Century Fox (EE.UU.).
Intérpretes: Mark Wahlberg (Elliott Moore); Zooey Deschanel (Alma Moore); John Leguizamo (Julian); Ashlyn Sánchez (Jess); Betty Buckley (Mrs. Jones); Spencer Breslin (Josh); Robert Bailey, Jr. (Jared); Frank Collison, Jeremy Strong, Alan Ruck, Victoria Clark, Alison Folland, Kristen Connolly, Cornell Womack, Kerry O´Malley.
Sinopsis: Una extraña epidemia, que se inicia en Central Park, empuja al suicidio a quienes la padecen. Elliott Moore, un profesor de ciencias, huye junto a su esposa en busca de un lugar seguro.
En cuestión de pocos años, el director M. Night Shyamalan pasó de ser considerado un joven prodigio del cine y aspirante a la sucesión de Steven Spielberg, a ver cómo sus películas eran denostadas por buena parte de la crítica y del público. Parte de ese declive tiene su origen en esta sociedad en la que vivimos, tan dada a fabricar y despedazar ídolos con demasiada rapidez, pero tampoco hay que olvidar las causas achacables al propio cineasta: la calidad de sus primeros films, como El sexto sentido y El protegido, aparece a cuentagotas en su filmografía posterior. El incidente es un buen ejemplo de ello.
Quizá la gran virtud de Shyamalan como director sea la creación de atmósferas. Incluso en sus peores obras puede apreciarse esa habilidad. El incidente empieza muy bien: sus primeras escenas, cargadas de confusión y suicidios masivos, podrían ser el preludio de una gran película o serie apocalíptica. El problema es que el film es tramposo y sus defectos terminan imponiéndose sobre sus virtudes. Cuesta creer que, tratándose de una trama situada en un lugar civilizado, a nadie se le ocurra protegerse con mascarillas de una enfermedad que se transmite por el aire. Para más inri, el protagonista es un profesor de ciencias. Lo peor, sin embargo, es comprobar cómo el interés inicial se va diluyendo, a pesar de algunos golpes de efecto introducidos por el director. Por concretar un poco, la segunda mitad de la película es floja, y sólo se salva del desastre por las escenas en las que aparece Mrs. Jones, la hippie solitaria que, como todos los seres de esa especie, es carne de institución psiquiátrica. El final deja un desagradable sabor a algo que ya has visto (mejor hecho) otras veces. Y no es porque los colaboradores habituales de M. Night Shyamalan, como el operador de cámara Tak Fujimoto o el compositor James Newton Howard, estén más desacertados que en los proyectos más exitosos del cineasta: el problema es un guión que, partiendo de una idea interesante, no se sostiene y es poco inspirado, tanto en sus diálogos como en el desarrollo de la trama y los personajes. Muchas otras películas nos han dicho que la naturaleza se vengará por nuestra manera de destrozar el planeta, o han basado su apuesta en sucesos carentes de explicación con mucho más arte que El incidente, que alterna aciertos (las primeras escenas, Mrs. Jones) con momentos francamente malos, como por ejemplo el modo tan infumable en el que se nos intenta mostrar cómo el amor es más poderoso que la muerte. Un director a priori tan poco sensible como Lars von Trier lo hizo, años después, de un modo maravilloso en Melancolía. Shyamalan debió cortar esa escena, digámoslo de una vez.
La dirección de actores no es el punto fuerte del realizador de origen indio. Si a esto se le une, como ocurre en El incidente, un reparto muy desacertado, nos queda una película a la que las interpretaciones contribuyen a hundir. Mark Wahlberg, actor inexpresivo y de escasos recursos, no es más creíble en el papel de un profesor de ciencias que Miley Cyrus cantando La Walkiria. Zooey Deschanel, actriz del montón, se empeña en no hacer malo a Wahlberg, y acaba por conseguirlo. El papel de John Leguizamo es patético, y sólo Betty Buckley se salva en una película que, en lo interpretativo, deja bastante que desear.
El incidente es un perfecto ejemplo de lo que puede considerarse una película fallida. Buena en el arranque y no escasa de pretensiones, termina dando a la razón a los detractores de Shyamalan, entre los que, pese a todo, no me incluyo.