THE WEATHER MAN. 2005. 102´. Color.
Dirección: Gore Verbinski; Guión: Steve Conrad; Dirección de fotografía: Phedon Papamichael; Montaje: Craig Wood; Música: Hans Zimmer y James Levine; Diseño de producción: Tom Duffield; Dirección artística: Patrick Sullivan; Producción: Todd Black, Jason Blumenthal, Steve Conrad y Steve Tisch, para Escape Artists-Paramount Pictures (EE.UU.).
Intérpretes: Nicolas Cage (Dave Spritz); Michael Caine (Robert Spritzel); Hope Davis (Noreen); Gemmenne De La Peña (Shelly); Nicholas Hoult (Mike); Michael Rispoli (Russ); Gil Bellows (Don); Judith McConnell (Lauren); Chris Marrs, Dina Facklis, Deanna NJ Brooks, Sia Moody, Peter Grosz, Joe Bianchi, Bryant Gumbel.
Sinopsis: Dave Spritz es meteorólogo en una televisión local de Chicago. Mientras su vida personal va de mal en peor, le surge la oportunidad de aparecer en una cadena que emite en todo el país.
El director Gore Verbinski ha labrado su prestigio rodando exitosas superproducciones que me interesan más bien poco. Con El hombre del tiempo hizo un punto y aparte en su carrera, en clave de comedia negra y con una aceptación más bien tibia por parte del público.
La vida, por lo general, es tragicómica. Y una de las etapas en las que se es más consciente de ello es, sin duda, durante la famosa crisis de los 40, que no es una leyenda urbana sino algo tan real como la lluvia. El hombre del tiempo es una tragicomedia, de marcado tono gris, que a veces hace reír de puro patetismo. Su protagonista, Dave Spritz, es el prototipo de hombre de mediana edad en crisis: su televisiva fama le sirve para que le gente le importune o le tire cosas por la calle sin motivo alguno, para acceder más fácilmente a una sesión de sexo salvaje de vez en cuando, y para poco más. Dave se sabe fracasado: su matrimonio se ha roto, y sus hijos decepcionan sus expectativas tanto como él decepciona las de su padre, un prestigioso escritor que ganó el premio Pulitzer. Mike, su hijo adolescente, ha tenido que hacer rehabilitación por su excesiva afición a la marihuana; Shelly, su hija, es una criatura infeliz, en gran parte a causa de su sobrepeso, que no es capaz de destacar en nada. Dave tiene la esperanza de recuperar a su esposa, Noreen, y formar la típica familia feliz americana, mientras tantea un salto profesional de primer orden. Al final, el meteorólogo tendrá que aceptar lo inevitable: que nunca somos lo que los demás esperan de nosotros, que los demás nunca resultan ser lo que esperamos de ellos, que en el fondo estamos solos, y que hay que vivir con ello. O, a ser posible, por encima de ello.
En lo artístico, el cambio de rumbo de Verbinski es elogiable. Se apoya en el agudo y bien desarrollado guión de Steve Conrad, y plantea una estética fría, en la que las bajas temperaturas climatológicas son el reflejo de lo que ocurre entre los personajes. Los diálogos dicen mucho, pero el director consigue que las imágenes (son de remarcar las que reflejan el hobby a través del que el protagonista consigue reencauzar su vida, el tiro con arco) también lo hagan. El hombre del tiempo es una comedia triste que a veces hace reír, pero que sobre todo hace pensar. El Verbinski aparatoso de la franquicia pirata deja paso a uno mucho más contenido, más intimista y más adulto, al que sin duda prefiero. Por añadidura, el film arrea estopa a algunas estupideces modernas, como la comida rápida o las terapias de autoyuda, que no son más que el fast-food de la filosofía. El tema de fondo es que la vida adulta se construye a base de renuncias, ya sean voluntarias o forzosas, y que la aceptación de la propia mediocridad, y también de la ajena, es requisito imprescindible para alcanzar un grado de felicidad razonable.
Nicolas Cage es un actor que suele encresparme, pero reconozco que, cuando está bien dirigido y su personaje vale la pena, es capaz de hacer buenas interpretaciones. La que hace en El hombre del tiempo es, sin margen de error posible, una de ellas. Cage está contenido, incluso lacónico a veces, con lo que logra dar con el tono gris de la película, e incluso marcarlo él mismo. A su lado, uno de los grandes genios de la interpretación cinematográfica, un Michael Caine lúcido y crepuscular que engrandece todo lo que toca. Hope Davis, una actriz que ha dado más de sí en televisión que en la gran pantalla, cumple con corrección sin estar a ala altura del dúo protagonista, y la labor de los actores que encarnan a los hijos adolescentes del protagonista es más que correcta, en especial la de Nicholas Hoult. Mención especial para Gil Bellows, que hace una buena labor interpretando el papel más desagradable de toda la película.
Hay vida más allá de Piratas del Caribe. Películas más pequeñas, más reales y, por tanto, más incómodas. Con El hombre del tiempo, Gore Verbinski demostró saber hacerlas. No obtuvo la respuesta que merecía, pero demostró versatilidad y capacidad de crecimiento como cineasta.