GIMME DANGER. 2016. 108´. Color.
Dirección: Jim Jarmusch; Guión: Jim Jarmusch; Montaje: Affonso Gonçalves y Adam Kurnitz; Música: The Stooges; Producción: José Ibáñez, Carter Logan y Fernando Sulichin, para Low Mind Films-New Element Media (EE.UU.).
Intérpretes: Iggy Pop, Ron Asheton, Mike Watt, James Williamson, Danny Fields, Scott Asheton, Kathy Asheton, Steve Mackay, David Bowie, Nico.
Sinopsis: Documental sobre la trayectoria de los Stooges, banda estadounidense que fue una de las precursoras del punk.
Jim Jarmusch, director cuya erudición musical es conocida por todo aquel que haya seguido mínimamente su trayectoria, regresó al documental musical para narrar la historia de uno de sus grupos favoritos, The Stooges, banda liderada por Iggy Pop que ha sido, con toda seguridad, más influyente una vez disuelta que célebre durante sus años en activo.
Después de una breve introducción que relata el tumultuoso y poco memorable final del grupo, Jarmusch sigue, por orden cronológico, el devenir de un conjunto que, siguiendo la estela de MC5 y la Velvet Underground, fue conocido por tener como líder a uno de los frontmen más salvajes de la historia del rock y por haber servido de puente, con sus canciones sencillas y poderosas, entre las bandas mencionadas con anterioridad y los grupos punks que revolucionaron el rock & roll durante la segunda mitad de la década de los 70. The Stooges adoptaron un sonido rudo y primario, marcado por la influencia del entorno industrial y humilde en el que se criaron sus miembros, que destacó por su autenticidad. En ellos no había pose, sino auténtica rabia proletaria. El film se estructura a través de los testimonios de los miembros supervivientes de los Stooges, comenzando por su líder indiscutible, Iggy Pop. Ellos explican su trayectoria de un modo bastante convencional, lo que funciona bien como contraste, pues el grupo no lo fue en absoluto: pronto sus brutales directos les granjearon fama en la zona de Detroit, de la que provenían. Apadrinados por MC5, consiguieron un contrato de grabación: sin embargo, a finales de los 60 las corrientes musicales en boga se alejaban de la propuesta de los Stooges, y su álbum de debut, mal distribuido, se vendió poco y fue, en general, recibido con desdén por la crítica. No corrió mejor suerte el siguiente disco, No fun, pese a ser mejor que el anterior. La falta de éxito, y la descontrolada adicción a las drogas de todos los miembros de la banda provocaron el fin de los Stooges, que aún tuvieron tiempo de crear un álbum, Raw power, que es considerado el origen del punk rock.
Jarmusch dirige con el entusiasmo del fan y el buen estilo que marca su trayectoria como director: la admiración se une al sentido del humor, y es de elogiar el ingenio del que se hace gala al escoger las imágenes de archivo que ilustran las declaraciones de los miembros de la banda. Incluso, algunas de las anécdotas que explican los músicos son recreadas a través de sketches de animación, lo que da una muestra de la ausencia de complejos que empapa toda la película. También se hace hincapié en la reunión de la banda, casi tres décadas después de su separación, que fue más rentable a nivel nostálgico y crematístico que en lo estrictamente musical, pues permitió a los Stooges supervivientes disfrutar de la gloria que no tuvieron en su juventud (y que ninguno de ellos, salvo Iggy Pop, había llegado a conocer), pero no aportó gran cosa a nivel artístico.
Gimme danger es uno de esos documentales de visionado obligatorio para todos aquellos que estén interesados en conocer la historia del rock, aquí en su vertiente más cañera, y también para quienes se identifican con la forma de entender el cine de Jim Jarmusch. Ilustra, ayuda a pasar un buen rato y está bien narrada. Sin duda, una película que hace honor a la banda a. la que se rinde tributo.