OLDEUBOI. 2003. 118´. Color.
Dirección: Park Chan-Wook; Guión: Park Chan-Wook, Lim Chun-Hyung y Hwang Jo-Yun, basado en el argumento de Garon Tsuchiya para el cómic de Nobuaki Minegishi; Director de fotografía: Chung Chung-Hoon; Montaje: Kim Sang-Beom; Música: Jo Yeong-Wook; Diseño de producción: Ryu Seong-Hie; Dirección artística: Ryu Seong-Hie; Vestuario: Jo Sang-Gyeong; Producción: Kim Dong-Joo y Lim Seung-Yong, para CJ Entertainment-Egg Films- Show East-Moho Film (Corea del Sur).
Intérpretes: Choi Min-Sik (Oh Dae-Su); Yu Ji-Tae (Lee Woo-Jin); Kang Hye-Jeong (Mido); Ji Dae-Han (Hwan-Joo); Oh Dal-Su (Park Cheong-Woong); Kim Byeung-Ok (Mr. Han); Lee Seung-Shin (Hyung Ja-Yoo); Yoon Hin-Seo (Lee Soo-Ah); Lee Dae-Yeon, Oh Kwang-Rok, Oh Tae-Kyung, Ahn Yeon-Suk, Oo Il-Han.
Sinopsis: Un hombre es secuestrado y encerrado en un cuarto durante quince años. Al salir de su cautiverio debe averiguar quién buscó vengarse de él por un hecho del pasado.
Pese a que ya había logrado cierta repercusión internacional con Joint Security Area, fue su trilogía de la venganza la responsable de la fama como cineasta del surcoreano Park Chan-Wook. En concreto, la segunda película de esta trilogía, Old boy, constituye todavía hoy el mayor de sus éxitos. Brutal a la vez que sofisticada, esta obra triunfó entre la cinefilia y logró una repercusión comercial que fue más allá de la que habitualmente se atribuye al cine de autor.
La vida de Oh Dae-Su, un pequeño empresario algo borrachuzo, desaparece como tal cuando es secuestrado en plena calle y recluido en un cuarto durante quince años. El protagonista desconoce los motivos de su encierro, durante el cual se le responsabiliza del asesinato de su esposa. Finalizado el cautiverio, a Dae-Su se le conceden cinco días para averiguar las causas que lo motivaron, y que no son otras que la venganza de alguien a quien él hizo daño en el pasado. A partir de esta intrigante premisa, el director nos sumerge, con un estilo visual barroco y un macabro sentido del humor, características ambas del mundo del cómic del que esta historia procede, en un tour de force de desquites encadenados que consigue salir bien parado de su paulatina apuesta por el más difícil todavía. El recurso a la hipnosis para justificar lo injustificable puede parecer fácil, pero no deja de ser eficaz. Tampoco parece que a Park Chan-Wook le interese demasiado la verosimilitud de la trama argumental, que no deja de ser heredada, porque lo que busca es ofrecer un siniestro espectáculo en el que la omnipresente violencia está filmada con mucho estilo y el ritmo no permite demasiados respiros al público. La venganza, uno de los grandes temas del arte (y de la vida), ofrece muchas posibilidades para el lucimiento y más bien pocas para la originalidad, pero el director consigue ambas cosas a base de rizar el rizo. Old boy es una película que no has visto muchas veces antes de verla, que sorprende y que engancha. Desde luego, no es para estómagos débiles, pero el disfrute es intenso, como sus excesos. De hecho, es la ausencia de complejos una de las grandes virtudes de la película, ya sea en cuanto a la exposición de la violencia, a colarnos pulpo como animal de compañía en el plano argumental o a la hora de incluir apuntes de saludable humor chusco en mitad de una larga y multitudinaria escena de lucha. Todo este despliegue no está en absoluto exento de lirismo, como puede apreciarse en la escena de la presa o en los planos sobre la nieve con los que concluye la película. Los, no pocas veces estridentes, movimientos de cámara y el acelerado montaje marcan la pauta, y la banda sonora pone el contrapunto poético.
El reparto está compuesto íntegramente por actores surcoreanos prácticamente desconocidos para quien esto escribe. En general, las interpretaciones son bastante extremas, muy de cómic, sin que haya mucho término medio entre lo parco y lo histriónico. Quien más me convence es el protagonista principal, Choi Min-Sik, que es quien demuestra poseer más registros y saberlos utilizar de manera más precisa para lo que se requiere en cada escena. A su antagonista, Yu Ji-Tae, le encuentro poco expresivo, y a la principal estrella femenina del elenco, Kang Hye-Jeong, le sucede justo lo contrario. El plantel de secundarios sigue la línea general, la del buen hacer al servicio de unos personajes de rasgos esquemáticos pero muy bien definidos.
Old Boy fue, y sigue siendo, una propuesta rompedora y llena de aciertos, en especial visuales. Tan rabiosamente moderna, en el mejor sentido de la expresión, ahora como en la fecha de su estreno, esta película reúne grandes dosis de calidad y entretenimiento, y es del todo recomendable para todos aquellos cinéfilos que no huyen de las obras radicales.