THE JAM: ABOUT A YOUNG IDEA. 2015. 88´. Color.
Dirección: Bob Smeaton; Guión: Bob Smeaton; Dirección de fotografía: Tim Sutton; Montaje: Julian Caiden; Música: The Jam; Producción: Martin R. Smith, para Channel X (Reino Unido).
Intérpretes: Paul Weller, Steve Brookes, Rick Buckler, Bruce Foxton, Adrian Thrills, Chris Parry, Barry Cain, Vic Coppersmith-Heaven, Keiko Egawa, Martin Freeman, Derek D´Souza, Maria McHugh, Eddie Piller, Den Davis, Nicky Weller.
Sinopsis: Documental que ilustra la trayectoria musical de The Jam.
Uno de los grupos más influyentes de la música británica post-punk es, sin duda, The Jam, el trío liderado por Paul Weller que tal vez sólo llegara a tener un éxito mayoritario en su país natal, pero cuyos estilo e imagen han sido imitados, con mayor o menor fortuna, por bandas de medio mundo. The Jam: about a young idea es un documental fresco y ágil, como lo es la música de esta formación originaria de Woking, una pequeña ciudad cercana a Londres famosa por albergar la sede de una de las escuderías históricas de la Fórmula 1, McLaren. Bob Smeaton recurre al testimonio de los miembros del grupo, de algunos ex-miembros y de varios de sus fans más acérrimos en lo que es también la crónica de una época apasionante en el plano musical.
La historia de The Jam es la de tantos conjuntos surgidos de las clases medias o populares, en la que se funden la amistad y las inquietudes musicales comunes para, después de años ensayando en garajes y actuando en fiestas juveniles, dar el salto hacia los conciertos de verdad, las grabaciones discográficas y el éxito. The Jam comenzó su andadura en los años previos a la explosión del punk, y sus influencias más marcadas eran las de Dr. Feelgood y los primeros álbumes de The Who. La mezcla entre la estética mod, un sonido deudor de la banda cuyo guitarrista es el gran Wilko Johnson, y la inmediatez y contundencia del punk le dieron al cuarteto de Woking, pronto convertido en trío, un sello distintivo que le hizo destacar de entre el sinfín de bandas de cresta, imperdibles y guitarrazos a diestro y siniestro que proliferaban en las islas británicas en la era pre-Thatcher. Su período de actividad fue relativamente corto, pero frenético, llegando a facturar varios discos de verdadera relevancia en apenas una década de trayectoria. El repaso a la misma es, como casi siempre en esta clase de películas, cronológico: los miembros de la banda la recuerdan sin acritud, con orgullo y un saludable desinterés en volver a reunirse: los fans explican cómo las canciones de The Jam influyeron en sus vidas de forma positiva, al tiempo que rememoran la tremenda incredulidad que experimentaron cuando Paul Weller decidió disolver el grupo justo cuando éste se hallaba en la cima de su popularidad. Músico brillante e inquieto, Weller creyó que la formación de voz, guitarra, bajo y batería no daba para más y decidió buscar nuevos caminos musicales con The Style Council, formación en la que la influencia soul estaba muy marcada.
La película se ve en un suspiro, aunque a los aficionados acérrimos de The Jam no les explica nada que no supieran y sea más recomendable para no iniciados. Los melómanos la disfrutarán: los que busquen sexo, drogas y rock & roll, sólo encontrarán lo tercero. Estilo, actitud y lucidez en el análisis hallarán bastante, eso sí. Y buena música. Me resulta difícil creer que a quienes vean este documental y no conozcan demasiado al grupo, no les entrarán ganas de hacerlo. En este punto, el objetivo de la película se ve cumplido. Para cualquier aficionado a la música, hora y media de disfrute. Para los fans de The Jam, muchos buenos recuerdos. Mi educación musical fue por otro lado, y llegué a conocer al grupo muchos años después de su disolución, pero estos tíos eran buenos. Por ello, este homenaje me parece muy merecido.