CARS 2. 2011. 105´. Color.
Dirección: John Lasseter y Brad Lewis; Guión: Ben Queen, basado en la historia de Dan Fogelman, John Lasseter y Brad Lewis; Dirección de fotografía: Jeremy Lasky; Montaje: Stephen Schaffer; Música: Michael Giacchino; Diseño de producción: Harley Jessup; Producción: Denise Ream, para Pixar Studios-Walt Disney Pictures (EE.UU.).
Intérpretes: Larry the Cable Guy (Voz de Mate); Owen Wilson (Voz de Rayo McQueen); Bonnie Hunt (Voz de Sally); Michael Caine (Voz de Finn McMissile); Emily Mortimer (Voz de Holley Shiftwell); Eddie Izzard (Voz de Sir Miles Axelrod); John Turturro (Voz de Francesco Bernoulli); Joe Mantegna (Voz de Grem); Thomas Kretschmann (Voz del Profesor Z); Peter Jacobson (Voz de Acer); Franco Nero (Voz del Tío Topolino); Brent Musburger, Darrell Waltrip, Tony Shalhoub, Michel Michelis, Jason Isaacs, Bruce CampbelL, Jenifer Lewis, Teresa Gallagher, Guido Quaroni, Vanessa Redgrave, Cheech Marin, John Ratzenberger, Lewis Hamilton, Fernando Alonso, Sebastian Vettel (Otras voces).
Sinopsis: Mientras Rayo McQueen se disputa con un fanfarrón piloto italiano un prestigioso trofeo cuyo objetivo es promocionar un nuevo combustible no fósil, Mate se ve envuelto en una trama de espionaje.
Un lustro fue lo que tardó Pixar en seguir rentabilizando el éxito de Cars con una secuela. Com0 suele suceder en las franquicias cinematográficas, la segunda parte no acabó de igualar las virtudes de la primera, pero amplificó sus defectos, si bien su éxito comercial fue considerable.
La principal novedad que encontramos en Cars 2 es que el protagonismo se traslada al mejor amigo de Rayo McQueen, Mate, el viejo camión-grúa de Radiador Springs que pone toda su bondad y escasez de entendederas al servicio de una trama bondiana en la que se ve involucrado a causa de una confusión. El enfrentamiento entre Rayo McQueen y el sobradito piloto italiano Francesco Bernoulli parece no interesar demasiado ni a los responsables de la película, que sólo lo aprovechan para introducir un puñado de espectaculares escenas automovilísticas y algunos chistes de gracia dispar. Todo gira alrededor de una pareja de intrépidos espías británicos que, en su intento por desenmascarar una trama criminal de altos vuelos, confunden a Mate con el agente estadounidense con el que deben contactar y acaban compartiendo con él un buen número de arriesgadas aventuras.
Película frenética desde su mismo comienzo, que narra la espectacular huida portuaria del espía inglés Finn McMissile, Cars 2 es tan virtuosamente prodigiosa en lo técnico como su predecesora, aunque en su contra juega el hecho de que ya se ha perdido el factor sorpresa: la película impresiona por su maestría técnica, pero aporta escasas novedades respecto a la primera parte. Cars no era precisamente uno de los mejores logros narrativos de Pixar, y su secuela nos muestra un guión endeble, en el que las escenas y los diálogos están por debajo del puro espectáculo visual que es la película. En los escasos momentos en los que no todo es adrenalina y acción a raudales, las carencias del guión se hacen evidentes, pues está muy bien la defensa de las energías alternativas, o la denuncia de las siniestras actividades de las grandes corporaciones petrolíferas, pero todo sería mucho mejor con un libreto que no pareciera escrito con el piloto automático, en el que no es sencillo encontrar situaciones o diálogos de esos que tanto abundan en las obras mayores de Pixar. Esta vez, la exuberancia visual supera en mucho a la calidad narrativa, y ni siquiera la música pasa de correcta. Hay de nuevo un número importante de guiños cinéfilos, algunos incluso autorreferenciales, pero se echa en falta algo más de inspiración.
En lo que sí se vuelve a acertar es en la elección de los intérpretes que ponen voz a los distintos personajes de la trama. En primer lugar, brilla la presencia de Michael Caine como Finn McMissile, ese espía británico que es puro Bond. El veterano actor londinense es, una vez más, de lo mejor de la película. Tampoco se quedan cortos Emily Mortimer, como la intrépida agente Shiftwell, o John Turturro en el papel de un piloto italiano que viene a ser como un Cristiano Ronaldo en versión Ferrari. De los actores que repiten, hay que mencionar que Larry the Cable Guy lleva muy bien el aumento del protagonismo de Mate, y que Owen Wilson cumple con buena nota como Rayo McQueen. No está de más mencionar la labor de otro actor de alto nivel como Joe Mantegna, o las breves intervenciones de la gran Vanessa Redgrave, o de Franco Nero.
En definitiva, un gran espectáculo algo hueco, que no deja de ser un Pixar menor, que a buen seguro satisfará al público infantil, pero no tanto al adulto.