B.B. KING ON THE ROAD. 2017. 106´. Color.
Dirección: Jon Brewer; Guión: Jon Brewer; Dirección de fotografía: Stefan Coulson y Tom Goudsmit; Montaje: Gagik Karagheuzian; Música: B. B. King; Producción: Jon Brewer, para Cardinal Releasing (EE.UU.).
Intérpretes: B. B. King, Tony Coleman, Sue Evans, Ron Levy, Floyd Newman, Calvin Owens, Ernest Withers, Milton Hopkins, Ernest Vantrease, Bill Szymczyk, Lora Walker, Duke Jethro, James Bolden, Stewart Levine, Tina France, Joe Bihari, Wilson Ester, Eric Clapton, Bono, Carlos Santana, Buddy Guy, Joe Bonamassa, Kenny Wayne Shepherd, Susan Tedeschi, Dr. John, Ringo Starr, Mick Taylor, Bill Wyman.
Sinopsis: Documental centrado en las giras realizadas por B. B. King a lo largo de su carrera.
Jon Brewer se ha construido una sólida carrera en la dirección de documentales, centrando la práctica totalidad de su obra en la vertiente musical del género. A principios de la actual década rodó un film sobre el músico de blues más popular de las últimas décadas, B.B. King, y tras el fallecimiento del guitarrista le brindó este cálido homenaje centrado en la incansable labor del dueño de Lucille como artista en directo.
El director nos brinda un producto solvente, que se centra en algunas declaraciones de archivo del homenajeado y en los recuerdos de quienes le acompañaron, en algunos casos durante varias décadas, en sus giras, primero circunscritas a los circuitos especializados en la música negra y más tarde, con la promulgación de las leyes sobre derechos civiles y gracias a la devoción que muchos de los más destacados representantes de la invasión británica sentían por los maestros del blues, centradas en hacer llegar la esencia de ese género al gran público de todo el planeta. Estamos hablando de un hombre que llegó a hacer 365 conciertos en un año, la inmensa mayoría en poblaciones distintas, y que pasó gran parte de su vida en la carretera. Un auténtico estajanovista de la música que se acostumbró a ese brutal ritmo de trabajo cuando los escasos salarios, los problemas con el fisco y las estafas por parte de promotores sin escrúpulos, tan frecuentes en el negocio de la música, le obligaron a subsistir bajándose lo justo del escenario, y que no bajó el listón hasta que, ya a una edad muy avanzada, la enfermedad hizo mella en él con toda crueldad. Esto da pie a un sinfín de vivencias, muchas de ellas divertidas (en ese terreno, Floyd Newman se lleva la palma), que son la columna vertebral sobre la que se sustenta la película, que sigue una estructura cronológica y agrupa a los testimonios en dos grupos: los de quienes giraron acompañando a B. B. King, y los músicos famosos que hablan de su maestría e influencia. Resulta llamativo que el único bluesman negro que aparezca sea el gran Buddy Guy, pero hay que recordar que B.B. King fue un artista muy longevo que logró sobrevivir a la práctica totalidad de sus contemporáneos. Da gusto, con todo, escuchar el cariño con el que estrellas como Ringo Starr, Carlos Santana, Susan Tedeschi o Dr. John se refieren al hombre que más hizo por popularizar el blues sin pervertir su esencia. Eso sí, la apuesta que se hace en el film por la presencia de músicos populares para el gran público se me antoja excesiva. Faltan algunas figuras menos célebres que deberían estar, como nuestro Raimundo Amador.
El montaje, que es un elemento fundamental de toda película, y quizá aún más en una de este tipo, es más que correcto. La música, qué duda cabe, es excelente: poca gente ha tocado la guitarra con tanta sensibilidad y de un modo tan expresivo como Riley Ben King. Puestos a criticar, servidor hubiera incluido al menos una canción completa en el documental, pero todo es opinable. Sus músicos le recuerdan como un jefe exigente pero generoso, cuya bonhomía le aleja de otros iconos de la música negra como James Brown o Miles Davis. Especialmente emotivas son las imágenes del funeral de un hombre que ha dejado un gran hueco en la música y que es homenajeado con cariño por un Jon Brewer que une la pasión del aficionado con la profesionalidad del cineasta. Recomendable para cualquier amante de la música.