Bueno, pues ya tenemos nuevas elecciones al canto, gracias sobre todo a que el actual presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, está convencido de ser el principal beneficiado de la repetición electoral. Es probable que así sea, dado el nivel del resto de la tropa, pero el hartazgo de la parroquia, que suele ser más acentuado entre los votantes de izquierdas, introduce un factor de imprevisibilidad que habrá que ver por dónde nos sale. Lo que está claro que un gobierno PSOE-Podemos, respaldado por los independentistas, no era lo que quería ni el propio Partido Socialista, máxime en vísperas de la sentencia del juicio por el referéndum ilegal de octubre de 2017. Por mi parte, lo tengo claro: no voté en abril, y aún tengo menos motivos para hacerlo ahora.