Para un servidor, que es un ser algo peculiar, esta semana han habido varias malas noticias (las peores, los fallecimientos de David Gistau y Lyle Mays), pero entre ellas no se encuentra la cancelación, a causa del pánico provocado por el coronavirus, del Mobile World Congress. Como no soy hostelero, restaurador, taxista, ni me prostituyo, sino sólo un pringado más de los muchos que viven y trabajan en Barcelona, y no participo de los beneficios que aporta dicho evento pero sí de las molestias que ocasiona, pues hasta el año que viene, si es el caso. Y si no, me importa un carajo.