HOW TO BE ALONE. 2019. 11´. Color.
Dirección: Kate Trefry; Guión: Kate Trefry; Dirección de fotografía: Caleb Heymann; Montaje: David Pergolini; Música: John Kaefer y Michael Dean Parsons; Producción: John Trefry, David Carrico y James Mitchell, para Valparaiso Pictures-4WT Media (EE.UU.).
Intérpretes: Maika Monroe (Lucy); John Keery (Jack/El rengo); Evan Miller (El otro rengo).
Sinopsis: A una muchacha le afloran todas sus pesadillas cuando debe pasar la noche sola en casa.
Kate Trefry, conocida sobre todo por haber escrito algunos episodios de la popular serie televisiva Stranger things,debutó en la dirección con Cómo estar sola, un paseo por el terror psicológico que ha disfrutado de una importante difusión internacional, sin que a pesar de ello el producto haya despertado grandes entusiasmos entre sus espectadores.
Asistimos a la historia de una joven, cuyo novio trabaja en el turno de noche de un centro sanitario, a la que se le aparecen todos sus demonios en cuanto el sol se pone y ella se queda sola en casa. Sucede, eso sí, que lo que podría haber sido un ingenioso estudio del miedo en reclusión, o, por ser más precisos, de la incapacidad de tantas personas para desenvolverse con entereza en soledad, se queda en una efectista, y más bien vacua, retahíla de sustos en la que algunas buenas ideas (la corporeización de esos demonios en el tramo final, por ejemplo) se alternan con lugares comunes, habiendo también un exceso en la utilización de la voz en off, que proporciona algunos subrayados innecesarios a la película, defecto este bastante habitual en los directores noveles. Coincido con el mensaje (sólo somos nosotros mismos cuando estamos solos, sin que ello tenga que ser necesariamente positivo), pero, concediendo que hay algunas buenas ideas visuales, y que la fotografía es de calidad, el conjunto se ve lastrado por el hecho de que la directora apueste por lo fácil en una historia que necesita ser compleja. El perfil de la protagonista es más superficial que turbio, y al film, de estructura circular, flaquea por ello en algo tan fundamental como la atmósfera.
Conste que la joven Maika Monroe hace un buen trabajo, aunque quizá le hubiese venido bien, como a la película, que el desequilibrio mental de su personaje fuese menos estándar. El papel de Joe Keery, actor que debe su fama a la serie mencionada al principio de esta reseña, no es que dé para mucho, y su desempeño no pasa de la mera corrección.
Cómo estar solo no es un film desdeñable, pero deja a la vista que Kate Trefry debe pulir bastante su estilo como directora. En una historia de esta naturaleza, quizá le faltó visionar con atención algunos clásicos de Polanski, por citar a un maestro en el arte de crear turbiedad en espacios cerrados.