Mientras en el Ayuntamiento de Barcelona se celebraba una de las mejores funciones de teatro que han tenido lugar en la ciudad en lo que llevamos de siglo, un servidor de ustedes, aunque mermado por los virus, acudió a uno de los mejores restaurantes vascos entre el Besòs y el Llobregat, que no es otro que el Taktika Berri. Por unas cuestiones o por otras, llevaba años sin pisar ese local, y la verdad es que, en esta época de cambios continuos y gente desorientada, alivia que a algunos no se les haya subido aún la modernidad a la cabeza y sigan siendo lo que fueron. Local elegante y clásico donde los haya, muy típico de lo que fue el Eixample, en el Taktika continúan sirviendo el mejor cogote de merluza de Barcelona y parte del extranjero, y sólo eso ya justifica la visita, porque es un plato cuyo único defecto es que tampoco deja mucho hueco en el estómago para degustar otras notables especialidades de la casa. Para una porción de tortilla de bacalao y algo de chuletón sí que dio la cosa, antes de finalizar por todo lo alto con una tarta Sacher de notable muy alto. Reconforta saber que algunas cosas buenas nunca cambian. Al salir, la función de teatro municipal seguía desarrollándose con redoble de tambores, pero qué mejor que una comida en el Taktika Berri para desconectar del sinsentido del mundo…