LOUIS. 2022. 128´. Color.
Dirección: Geertjan Lassche; Guión: Harmen Jalvingh y Geertjan Lassche; Dirección de fotografía: Onno´t Hooft y Geertjan Lassche; Montaje: Mario Steenbergen; Producción: Janneke Doolaard, Harmen Jalvingh y Jan Slagter, para Doxy-Dutch FilmWorks (Países Bajos).
Intérpretes: Louis Van Gaal, Truus Van Gaal-Opmeer, Brenda Van Gaal, Renate Van Gaal, Edgar Davids, Wladimir Donse, Said Ouaali, Arjen Robben, Luis Figo, Frank De Boer, Ronald De Boer, Mounir El Hamdaoui, Stijn Schaars, Uli Hoeness, Wayne Rooney, Xavi Hernández..
Sinopsis: Repaso a la trayectoria de Louis Van Gaal, uno de los mejores entrenadores de fútbol de la historia.
Geertjan Lassche era un realizador desconocido fuera de los Países Bajos, con un sólido currículum en su tierra, hasta que se puso al frente de la biografía filmada de un mito de los banquillos de ese lugar siempre conocido por aquí como Holanda. Louis ha tenido una amplia difusión internacional, como corresponde a la entidad del homenajeado, un técnico tan exitoso como controvertido.
Aunque Lassche ya conocía el terreno de las películas sobre fútbol, su retrato de Louis Van Gaal se decanta hacia lo íntimo, en el afán por mostrar quién hay detrás de ese personaje férreo y hosco tantas veces caricaturizado en los medios de comunicación. Vaya por delante que Van Gaal no sólo es uno de los entrenadores que, por su método, sus éxitos y la forma en que los ha conseguido, más me ha impresionado, sino que es una de las escasas personalidades del universo futbolístico, tan proclive al postureo y al encefalograma plano, hacia las que siento admiración, por su nobleza, su coherencia y la fidelidad a los principios que le han acompañado a lo largo de una trayectoria que, si sumanos sus años como futbolista profesional y los que ha ejercido como técnico, abarca ya siete décadas. La estructura del film se basa en la mirada de un hombre que, alcanzada la edad del retiro, mira hacia atrás y analiza su existencia, aunque al principio el director nos enseña a Van Gaal presumiendo de sus progresos en el golf, siendo objeto de un homenaje en Ruanda o recuperando imágenes de alguno de sus más jugosos encontronazos con la prensa. A partir de aquí, se nos cuenta la vida del hombre para que entendamos mejor cómo es, al tiempo que se retrata su personalidad desde el punto de vista de quienes hab coincidido con Louis Van Gaal a lo largo de su vida.
Nacido en Amsterdam pocos años después de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, el luego famoso técnico holandés fue el menor de nueve hermanos, y perdió a su padre a los once años. Sus estudios le llevaron a ser profesor de educación física en escuelas e institutos con alumnos conflictivos, y más tarde tuvo una extensa carrera como futbolista, llegando a ser considerado el segundo mejor jugador de la Liga holandesa en 1984, mientras estaba en las filas del club en el que vivió los mejores años de su trayectoria sobre el césped, el Sparta de Rotterdam. Sin embargo, lo que de verdad quería Louis Van Gaal era convertirse en entrenador, como hiciera su gran ídolo, Rinus Michels, logrando hacerlo en el mejor club de Holanda, el Ajax, que le debe a Van Gaal la única Copa de Europa que ha ganado después de que Michels dejara el club para fichar por el Barcelona, justo el mismo trayecto que siguió años después su más aventajado discípulo. En la película aparecen personajes de casi todas estas etapas, pero llama la atención que no intervenga ninguno de los compañeros que tuvo el biografiado sobre el terreno de juego. Sí lo hacen antiguos alumnos del instituto, un compañero y amigo de los años de estudios, y futbolistas que brillaron a las órdenes de Van Gaal como Edgar Davids, Luis Figo o Arjen Robben. Lo más importante es, sin embargo, la presencia de la familia del entrenador, que perdió a su primera esposa a causa de un cáncer y rehizo su vida con Truus, cuya relevancia en la película es fundamental. Es a través de ella como podemos analizar mejor la mutua animadversión entre Van Gaal y el gran mito del fútbol holandés, Johan Cruyff, la vida del técnico más allá de los banquillos y tanbién cómo lograba superar sus fracasos profesionales, entre lo que destaca la no clasificación de la selección nacional para jugar el mundial de Corea y Japón de 2002. Con todo el valor que tiene el biografiado, hay que poner en el debe del director que el film tiene problemas de ritmo (y esto no es un chiste), y que la realización es plana. Se echa en falta un mayor análisis de la filosofía futbolística de Van Gaal, que es la que le ha granjeado la admiración de propios y extraños, y se omite el que creo que es su mayor legado como técnico: su valentía para promocionar a jóvenes jugadores canteranos y convertirles en estrellas. Lo que sí deja claro la película es que Van Gaal ha debido superar un sinfín de traumas familiares (el último, un cáncer de próstata al que parece haber derrotado), y que en sus logros ha intervenido muy poco una fortuna que, en cambio, muchas veces le ha sido adversa, o incluso cruel. Por eso, más allá de lo deportivo, Louis Van Gaal es un ejemplo de alguien que ha conseguido grandes éxitos profesionales por su capacidad, no por ser afortunado o simpático, virtudes que no adornan al entrenador holandés, un hombre a quien su carácter ha dado y quitado mucho, pero que nunca ha tenido dos caras.
Para amantes del fúbol más allá de colores y fanatismos, y para quienes opinen que el secreto del éxito consiste en saber venderse bien, Louis es una película imprescindible, aunque en lo cinematográfico no tenga nada de especial.