JERRY LEE LEWIS: TROUBLE IN MIND. 2022. 72´. Color-B/N.
Dirección: Ethan Coen; Guión: Ethan Coen; Montaje: Tricia Cooke; Música: Canciones de Jerry Lee Lewis; Producción: Steve Bing, T-Bone Burnett, Mick Jagger, Peter Afterman, y Victoria Pearman, para A24- Inaudible Films-Jagged Films-Live Nation Productions-Shangri La Entertainment (EE. UU.).
Intérpretes: Jerry Lee Lewis, Myra Gale Brown, Mickey Gilley.
Sinopsis: Biografía del pionero del rock Jerry Lee Lewis.
El primer trabajo en solitario de Ethan Coen, coautor de películas espléndidas en colaboración con su hermano Joel, fue este film musical dedicado a una de las estrellas más controvertidas del rock and roll, Jerry Lee Lewis. La música siempre ha tenido un lugar importante en la filmografía de los Coen, por lo que no sorprende que uno de ellos se haya lanzado a este terreno para explorar, de un modo más personal de lo que parece, la no-ficción.
Jerry Lee Lewis es un personaje archiconocido, por su condición de leyenda primigenia del rock y por su escandalosa vida, que ha llenado titulares durante décadas por razones que muchas veces no tenían relación con la música. Incluso Hollywood le dedicó un biopic a finales de los 80, Gran bola de fuego, que sin ser una maravilla sí rescató del ostracismo a un intérprete oscurecido por Elvis Presley y siempre en desigual lucha contra sus demonios. Biografías escritas y documentales han ilustrado la excesiva trayectoria de un hombre cuyo paso por este planeta da para todo eso, y para mucho más. En vista de ello, Ethan Coen decidió prescindir de todo enfoque exterior y construir una película basada en exclusiva en una selección del material de archivo del propio Jerry Lee Lewis, sin intermediarios ni testimonios ajenos. Es el propio biografiado quien, a través de entrevistas, y de actuaciones centradas en los fulgurantes inicios de su carrera como cantante, quien exhibe todas sus contradicciones ante el espectador. Habrá quien diga que esta forma de trabajar es impersonal, pero se equivoca: en primer lugar, porque pocos documentales musicales van hasta el tuétano del personaje protagonista como lo hace este. Y el material que se incluye en la película y el modo de presentarlo al público no son, en modo alguno, rutinarios. Lo primero que hace el director es mostrarnos el talento artístico de Jerry Lee Lewis, en una de las volcánicas actuaciones en directo que le valieron el sobrenombre de The Killer. Porque, y eso es algo que siempre escapa a las obtusas seseras de los inquisidores de toda época y pelaje, a un artista hay juzgarle, en primer lugar y a muchísima distancia del resto de valoraciones, por su calidad. Así que lo primero que hace Ethan Coen es que veamos a una bomba escénica en la cúspide de su talento, para más tarde retratar al músico que supo reciclarse en exitoso cantante de country. En los distintos cortes seleccionados de las apariciones públicas de Lewis ya aflora su personalidad tormentosa, que el paso de los años apaciguó sólo lo justo. Uno puede pensar que el cantante nacido en Lousiana se vio superado por un éxito tan inmediato como arrollador, y que quizá a raíz de ello se dedicó a torpedear su carrera con gran empeño, aunque eso es algo que la película deja al criterio del espectador.
En lo que no difiere este film de otros de similar naturaleza es que sus mejores momentos muestran al artista sobre el escenario, y en cómo describe su enamoramiento de la música, en su caso colándose de adolescente en los garitos del barrio negro (hablamos de una sociedad organizada según una estricta segregación racial) para escuchar a B.B. King. También somos testigos del respeto que distinguidos colegas de profesión sentían hacia Lewis, cuyas declaraciones públicas tampoco tenían desperdicio. Por ejemplo, para afirmar sin un asomo de duda que el verdadero rey del rock se llama Chuck Berry. El ágil montaje y lo conciso de la propuesta consiguen que uno se quede con ganas de más. Es Jerry Lee Lewis en toda su dimensión artística y en sus propias palabras, sin aditivos ni conservantes. Sí hay condimentos, y estos son algunos titulares de periódicos insertados a lo largo del film, unos rótulos finales aclaratorios (y no exentos de ironía), y extractos de apariciones televisivas de Myra Brown, prima segunda del pianista y causante indirecta del mayor escándalo en la vida de Jerry Lee Lewis, que se casó con ella la víspera de su decimotercer aniversario. Myra ilustra algunas de las muchas sombras de su primer esposo. Las apariciones del protagonista junto a otro de sus primos, el también célebre cantante Mickey Gilley, son mucho más lúdicas.
En resumen: Ethan Coen nos ofrece una película pura sobre un personaje talentoso y controvertido. No creo que deba pedírsele nada más.