Para poner un final interesante a una semana bochornosa (y esta vez me refiero exclusivamente a lo climatológico), nada mejor que bajar las escaleras del Jamboree para disfrutar con la música del Noah Preminger Quartet, última gran atracción de la programación de agosto. Preminger es un joven saxofonista neoyorquino que ha entrado con fuerza en la escena jazzística, lanzó hace pocos meses su segundo álbum como líder y anda recopilando elogios (merecidos, por lo que pude comprobar) por parte de la prensa especializada, y como anoche le acompañaba uno de los guitarristas modernos de referencia, Ben Monder (sí, llevamos una racha guitarrística tremenda en el Jamboree últimamente), había que ir sí o sí.
Al saxo tenor, Preminger es brillante e inventivo, y sus composiciones propias, inspiradas en leyendas como John Coltrane, reflejan a un músico con discurso propio y en pleno crecimiento. Anoche iniciaron la actuación con Four in one, un clásico de Thelonious Monk, para que tanto los músicos como la audiencia fueran entrando en materia. Hechas las presentaciones, la banda se lanzó a una hora de música prácticamente ininterrumpida, que a mí me pasó volando y en la que brillaron especialmente las intervenciones (marcadamente rockeras en cuanto al sonido, en varios casos) de un músico espectacular e inquieto llamado Ben Monder. Coltrane y Sonic Youth se daban la mano sobre un escenario en el que, por establecer comparaciones, lo que sonaba me recordó a los trabajos grabados por Monder junto a otro saxofonista moderno y de altos vuelos, Bill McHenry. Apoyados en una sección rítmica eficaz, formada por Masa Kamaguchi al contrabajo (que, eso sí, en algunos momentos hubiera hecho bien en cambiar de lugar su micrófono), y Colin Stranahan a la batería (que estuvo hace unas semanas en el mismo escenario acompañando a otro guitarrista excelente, Jonathan Kreisberg), Preminger y Monder hicieron música de la buena. Al final, Until the real thing comes along puso el broche a un gran concierto celebrado en uno de los escasísimos lugares de Barcelona en que pueden disfrutarse eventos musicales de este nivel.
En Boston, versionando el clásico de Ornette Coleman Law Years con una formación casi idéntica a la que anoche disfrutamos en el Jamboree:
Este mismo año, interpretando el tema que cerró el concierto de anoche: