THE DAY OF THE TRIFFIDS. 1963. 93´. Color.
Dirección: Steve Sekely; Guión: Philip Yordan, basado en la novela de John Wyndham; Dirección de fotografía: Ted Moore; Montaje: Bill Lewthwaite; Música: Ron Goodwin; Dirección artística: Cedric Dawe; Producción: George Pitcher, para Allied Artists Pictures-Security Pictures Ltd. (Reino Unido).
Intérpretes: Howard Keel (Bill Masen); Nicole Maurey (Christine Durrant); Janette Scott (Karen Goodwin); Kieron Moore (Tom Goodwin); Janina Faye (Susan); Mervyn Johns (Mr- Coker); Ewan Roberts, Alison Leggatt, Geoffrey Matthews, Gilgi Hauser, John Tate, Carol Ann Ford.
Sinopsis: Después de una lluvia nocturna de meteoritos, la mayoría de la población del planeta, que quiso ver el acontecimiento, ha quedado ciega. Al mismo tiempo, unas plantas traídas con anterioridad del espacio comienzan a crecer y a alimentarse de los humanos.
Ejemplo del tipo de artista errante que tanto proliferó en el período de entreguerras, el húngaro Steve Sekely (nacido Istvan Szekely) no rebasó, salvo en algunas producciones rodadas en su país natal, los márgenes de la serie B en todos los lugares en que rodó. Seguramente, su obra más conocida pertenece a un género que apenas había tocado con anterioridad, la ciencia-ficción, y fue filmada en Inglaterra, país en el que tampoco Sekely se prodigó en exceso. La semilla del espacio adapta una exitosa novela de John Wyndham, y al parecer fue codirigida por Freddie Francis, prestigioso director de fotografía que justo por entonces daba sus primeros passos en la realización de largometrajes. El film tiene la consideración de clásico menor dentro de su género, y lo cierto es que el resultado final es más que digno.
En cierto modo, esta adaptación pertenece, más que a ninguna otra persona, a su guionista y productor, Philip Yordan. Él se encargo de la adaptación de la novela, y la sacó adelante en un país que, hasta entonces, había prácticamente ignorado la ciencia-ficción cinematográfica. En las Islas Británicas el terror en boga, auspiciado por la productora Hammer Films, era de marcado aire retro, con pocas concesiones a las distopías como La semilla del espacio. Aquí, la catástrofe es de enormes dimensiones, por cuanto un espectáculo tan visualmente atractivo como una lluvia de meteoritos provoca que gran parte de la población terrestre quede ciega. Sólo se libran los pocos que, por casualidad o motivos médicos, no contemplaron directamente un fenómeno que, además, provoca la espantosa proliferación de una especie de planta carnívora también llegada del espacio y capaz de desplazarse sobre la superficie, y por lo tanto de capturar a sus presas, que, visto el tamaño de esas mutaciones vegetales, pueden ser perfectamente los seres humanos. Ante tan aterrador panorama, los pocos que se han librado de la ceguera luchan por sobrevivir escapando de las trífidas, unas plantas asesinas cada vez más numerosas y voraces. La película se centra en Bill Masen, un experto navegante que ha conservado la vista gracias al vendaje consecuencia de una operación tan molesta como salvadora, y en Karen y Tom Goodwin, una pareja de científicos que realiza sus investigaciones en un entorno tan aislado del exterior como un faro. Bill, que al recuperar la vista encuentra un panorama absolutamente dantesco, toma bajo su cuidado a una niña y emprende un viaje en busca de supervivientes que, tras diversas paradas, le lleva hasta el sur de España. Mientras, constatado el desastre, Karen y Tom (personajes que, por cierto, fueron introducidos en la película al comprobarse que el metraje aprovechable filmado en primera instancia se quedaba muy corto) buscan dar con la manera de eliminar a las trífidas.
La semilla del espacio tiene el habitual problema de estar rodada con pocos medios. Por tanto, los efectos especiales son los que son y, por ejemplo, en la lluvia de meteoritos inicial esa circunstancia desluce una secuencia que debería causar impacto en el espectador. Tampoco es que el desplazamiento de las plantas, cuyo aspecto sí genera el efecto terrorífico deseado, esté del todo logrado, pero pese a todo la narración está bien llevada y la audiencia puede conectar con la odisea de un puñado de supervivientes metidos en un caos que jamás hubiesen podido prever. Sekely (o Francis) logra trascender las limitaciones y aprovechar las posibilidades de un texto que plantea una situación distópica con todas las letras. No faltan las escenas vigorosas e inquietantes, con especial mención a la huida de Bill y de las dos mujeres que le acompañan del improvisado hospital, para entonces ya convertido en una decadente bacanal, que una de ellas dirigía. Tampoco se queda atrás la lucha contrarreloj de los dos científicoc contra la invasión de las trífidas. Estos aciertos se deben en parte a la espectacular banda sonora de Ron Goodwin, compositor adicto a la épica rimbombante, cuyo trabajo aquí supone uno de los mayores aciertos de una película facturada de manera solvente, pese a los defectos mencionados.
Uno de los principales reclamos comerciales de La semilla del espacio era, sin duda, la presencia del estadounidense Howard Keel al frente del reparto, por mucho que los momentos de mayor popularidad de este actor ya quedaran un tanto lejos. Keel pone energia y convicción en su rol de aplicado superviviente, y la verdad es que cumple con creces. Otra intérprete de carrera internacional, la francesa Nicole Maurey, da vida a la mujer que acompaña a Bill en su travesía, y no desentona, por mucho que a su personaje le falte un empaque que sí tiene el encarnado por Janette Scott, actriz de trayectoria discreta que muestra buenas maneras en la piel de una mujer no exenta de personalidad. Kieron Moore hace un buen trabajo, aunque opino que la mejor interpretación de todas la ofrece el veterano Mervyn Johns, cuya intervención sea quizá demasiado breve.
La semilla del espacio no es,y no descubro nada diciéndolo, una obra maestra, pero sí un interesante ejemplo de ciencia-ficción británica en Cinemascope, y una buena adaptación de una novela que leí en mi adolescencia y a la que creo que el cine debe una producción de alto nivel.