Ya que vivimos en un país en el que gusta mucho más hacer o reformar leyes que cumplirlas y hacerlas cumplir, me parece necesario regresar a un jurista de cabecera, Cesare Beccaria:
«SI ABRIMOS LAS HISTORIAS, VEREMOS QUE LAS LEYES, QUE SON, O DEBERÍAN SER, PACTOS ENTRE HOMBRES LIBRES, POR LO GENERAL NO HAN SIDO MÁS QUE INSTRUMENTO DE LAS PASIONES DE UNOS POCOS, CUANDO NO HAN NACIDO DE UNA NECESIDAD FORTUITA Y PASAJERA».