BARÓN ROJO. LARGA VIDA AL ROCK & ROLL. 2012. 95´. Color.
Dirección: Javier Paniagua, José San Cristóbal; Guión: Javier Paniagua, José San Cristóbal; Director de fotografía: Tommie Ferreras; Montaje: José San Cristóbal; Música: Barón Rojo; Diseño musical: Iñaki Del Olmo; Producción: Javier Paniagua, para Flip-Flop Audiovisual, S.L. (España).
Intérpretes: José Luis Campuzano «Sherpa», Hermes Calabria, Armando De Castro, Carlos De Castro, El Pirata, Mariskal Romero, Chris Tsangarides, Enrique Bunbury, Juan Aguirre, Javier Vargas, Carlos Tarque, Carlos Escobedo, Julio Castejón.
Sinopsis: Documental sobre la carrera del grupo madrileño de rock duro Barón Rojo, que parte de la reunión de su formación original para hacer una gira conmemorativa del trigésimo aniversario de la fundación de la banda.
Antes que nada, he de decir que esta película es una película necesaria. Y ello porque, cuando ya los ochenta quedan muy lejos, mucha gente ha olvidado que el grupo español más importante de al menos la primera mitad de esa década, el de mayor éxito dentro y fuera de nuestras fronteras, y seguramente el formado por mejores músicos, no fue ninguno de los surgidos en la megareivindicada movida (que produjo cosas muy interesantes entre grandes montañas de basura), sino un conjunto (muy poco conjunto, eso sí) de heavy metal llamado Barón Rojo. Ellos fueron una de las primeras bandas de las que yo, como muchísimos hijos de la clase obrera y del extrarradio, me hice fan, tanto por la contundencia de su discurso musical como por la identificación que sentía hacia sus textos. Aún hoy, sigo pensando que los seis primeros discos de Barón Rojo, los que van desde Larga vida al rock & roll hasta Tierra de Nadie, son bastante buenos en su globalidad y contienen canciones acojonantes, y que incluso el siguiente álbum, No va más, no anda escaso de buenas canciones. Después de eso, las tensiones internas entre los miembros de la banda y el descenso de popularidad del heavy-rock más clásico frente al thrash metal y las modas pop marcadas por las radiofórmulas y la MTV, acabaron con la nada amistosa salida del grupo del batería Hermes Calabria y del bajista, cantante y compositor de buena parte de las mejores canciones de Barón Rojo, José Luis Campuzano, más conocido como Sherpa. Los hermanos De Castro siguieron adelante con otros músicos, pero nada volvió a ser lo mismo, ni en calidad, ni en popularidad, hasta el punto de que hoy en día Barón Rojo es uno de los grandes olvidados de un rock español que pocos grupos realmente importantes ha producido.
Ya he hablado de la banda, ahora lo haré del documental propiamente dicho. Se centra en la gira de reunión que el grupo llevó a cabo para conmemorar su trigésimo aniversario, aunque en su prólogo se repasan, de manera algo acelerada, los años en los que Barón Rojo llenaba pabellones, triunfaba en festivales como Reading o Brujas al lado de bandas como Iron Maiden, y también el largo historial de tensiones que acabó en la ruptura de la formación original. En esta parte (de hecho, en toda la película) uno echa de menos una mayor presencia de imágenes de archivo de la época gloriosa de Barón. Por ejemplo, las pocas imágenes que se ven en el film de los conciertos en los que se grabó el doble en directo Barón al Rojo Vivo le ponen a uno la carne de gallina… al tiempo que le hacen lamentar los sólo once años que uno tenía en 1984 y que le impidieron vivir aquellos momentos como protagonista. Todo esto deja patentes dos cosas: que el film está hecho de un modo artesanal, con mucho cariño pero una notoria falta de medios (como cabía esperar hablando de un grupo que ya fue maltratado e ignorado por muchos incluso en su mejor época), y que los propios miembros de Barón Rojo, tanto los que han seguido utilizando el nombre del grupo como los que lo abandonaron allá por 1989, no han hecho demasiado para que la importancia de la banda quede por encima de las rencillas que la destruyeron, las cuales aparecieron muy pronto y aún hoy están muy presentes. Se ilustra el proceso de gestación de la gira de aniversario, desde los primeros contactos hasta los ensayos y, por fin, los conciertos, se retrata la vida personal de los cuatro miembros del grupo, tan alejada del glamour y el lujo que uno asocia a las estrellas veteranas del rock (qué habilidad tenemos los españoles en cutrificarlo todo), y se intercalan declaraciones de personajes importantes de la música española sobre la influencia de Barón Rojo y lo importantes que fueron en su mejor época. Un buen documento, necesario pero que tampoco aporta nada que los fans veteranos del grupo no supieran, y en el que se echa en falta un mayor despliegue de medios y, también, explicaciones más claras y sensatas sobre los problemas personales entre los miembros del que, sin duda, es uno de los grupos más importantes del rock español en toda su historia.