En ocasiones veo sabios. No sucede demasiado, porque los zotes son la verdadera pandemia, pero alguna vez uno tiene acceso a elocuentes muestras de conocimiento humano en los lugares más insospechados. Me sucedió ayer, en las escaleras mecánicas de una estación de metro cualquiera de la periferia. Aclaro que el autor de la antológica frase que me dispongo a reproducir no era un viejo prematuro, superado por el tsunami de las nuevas tecnologías, sino un adolescente, de esos que saben qué son Twich y TikTok y escuchan a analfabetos funcionales que ni siquiera aspiran a saber cantar o escribir. He aquí el prodigio:
«HE TARDADO MÁS CON LA PUTA APLICACIÓN QUE COMO SE HACÍA ANTES».
Y lo que tardará con la próxima…
Con la próxima, lo mismo el muchacho estampa el móvil contra el suelo y se acaba comprando uno nuevo, que en verdad es lo que se busca con tanta monserga.