HIDDEN AGENDA.1990. 108´. Color.
Dirección: Ken Loach; Guión: Jim Allen; Director de fotografía: Clive Tickner; Montaje: Jonathan Morris; Música: Stewart Copeland; Dirección artística: Nigel Phelps; Diseño de producción: Martin Johnson; Producción: Eric Fellner, para Hemdale Film Corporation (Gran Bretaña).
Intérpretes: Frances McDormand (Ingrid Jessner); Brian Cox (Inspector Kerrigan); Brad Dourif (Paul Sullivan); Mai Zetterling (Moa); Bernard Archard (Sir Robert Neil); Patrick Kavanagh (Alec Nevin); Jim Norton (Brodie); Maurice Roëves (Harris); Maureen Bell, John Benfield, Michelle Fairley.
Sinopsis:Paul Sullivan, un abogado estadounidense que se encuentra en Irlanda del Norte para hacer un informe sobre la guerra sucia del gobierno británico, muere asesinado. Su compañera, Ingrid, y el inspector Kerrigan tratarán de averiguar lo ocurrido.
Agenda Oculta fue la película que colocó al director británico Ken Loach en el firmamento cinematográfico internacional. Se trata de un thriller político de denuncia tras el que están los productores John Daly y Derek Gibson, responsables, entre otras, de varias películas de otro cineasta políticamente señalado, Oliver Stone. En esta ocasión la acción se sitúa en Irlanda del Norte, en plena guerra no declarada entre el gobierno británico, entonces encabezado por Margaret Thatcher, y el Ejército Republicano Irlandés. Hasta allí viajan varios miembros de una organización norteamericana de derechos civiles, encabezados por el abogado Paul Sullivan. Su misión es recoger testimonios de los excesos cometidos por el gobierno británico en su lucha contra el terrorismo, y divulgarlos en un informe imparcial. Sullivan obtiene información relevante sobre el terrorismo de Estado en el Ulster, y una madrugada es asesinado, junto a una persona vinculada al IRA, por paramilitares probritánicos en un falso control de carretera. La pareja de Sullivan, Ingrid, que también pertenece a su organización de derechos humanos, decide quedarse en Belfast para esclarecer lo sucedido. Contará para ello con la ayuda de Kerrigan, un inspector de policía enviado por el gobierno británico. A medida que avancen en su investigación, Ingrid y Kerrigan obtendrán información sumamente comprometedora para las altas instancias de Londres y, de rebote, para ellos mismos.
Agenda Oculta es una valiente denuncia contra el terrorismo de Estado, contra quienes bucean en las cloacas del poder para eliminar a sus enemigos utilizando métodos sucios. En los años 80, la situación en el Ulster era de verdadera guerra civil, y el gobierno de Margaret Thatcher no reparó en medios para combatir al IRA. Loach, cineasta claramente decantado hacia la izquierda política, construye sin embargo una película que no resulta tendenciosa ni panfletaria, pues expone mucho más de lo que opina. Esto hace que la denuncia realizada (la utilización por parte del gobierno británico de la tortura y el asesinato selectivo en su lucha contra el IRA) resulte más efectiva, y de paso que la inteligencia del espectador no se vea insultada. Sabido es, desde luego, que Thatcher es quizá la bestia negra de Loach, como lo es de todo el izquierdismo británico, y las teorías que se exponen en el film sobre los métodos utilizados por los colaboradores de la Dama de Hierro para permitirle su acceso al número 10 de Downing Street, interesantes a la par que plausibles. No obstante, el interés de esta película reside más en contemplar la lucha de unas pocas personas contra todo un sistema, el desigual combate entre unos individuos íntegros frente a un poder corrupto.
Es de sobras conocido que Ken Loach es un cineasta de ética mucho más que de estética, que otorga mucha más importancia al mensaje que al envoltorio. Cabe decir que el acabado técnico de Agenda Oculta es un dechado de corrección, resultando tal vez la mejor película de Loach en los aspectos puramente técnicos y artísticos. Sin embargo, corrección no significa brillantez, y el film resulta en ocasiones demasiado discursivo y, en otras, simplemente carece de la garra, del punch necesario para que la película sea de Primera División. Agenda Oculta se sigue con interés, pero no acaba de enganchar; impacta por lo que cuenta mucho más que por cómo lo cuenta, y sufre de uno de los males más frecuentes del cine político: que más allá de la denuncia realizada, tampoco deja demasiada huella. La labor de los protagonistas, una emotiva Frances McDormand y un sobrio Brian Cox, es destacable, pero sólo ellos logran despuntar en un apartado artístico que, como se ha dicho, es correcto pero plano.
En definitiva, una buena película, recomendable especialmente para cinéfilos de izquierdas. No llega a la altura de joyas del cine político como Desaparecido o Excelentísimos Cadáveres, ni tiene la fuerza de los films sobre el conflicto irlandés realizados por Jim Sheridan, pero su visionado es más que interesante.