4 FOR TEXAS. 1963. 114´. Color.
Dirección: Robert Aldrich; Guión: Teddi Sherman y Robert Aldrich; Dirección de fotografía: Ernest Laszlo; Montaje: Michael Luciano; Música: Nelson Riddle; Dirección artística: William Glasgow; Producción: Robert Aldrich, para SAM Company-Warner Bros.(EE.UU.).
Intérpretes: Frank Sinatra (Zack Thomas); Dean Martin (Joe Jarrett); Anita Ekberg (Elya Carlson); Ursula Andress (Maxine Richter); Victor Buono (Harvey Burden); Charles Bronson (Matson); Nick Dennis (Angel); Edric Connor (Prince George); Richard Jaeckel, Wesley Addy, Mike Mazurki, Marjorie Bennett, Ellen Corby, Maidie Norman, Jack Elam, Fritz Feld, The Three Stooges, Virginia Christine, Bob Steele.
Sinopsis: Una diligencia, en la que la compañía del ferrocarril transporta 100.000 dólares, es asaltada por unos bandidos liderados por Matson. En ella viajan Zack Thomas, un jugador a quien iba destinado el dinero, y Joe Jarrett, un ladrón buscado en varios estados. Entre ambos consiguen repeler el asalto y, finalmente, Jarrett consigue hacerse con los dólares y viaja a Galveston para ingresarlos en el banco.
Después del rotundo éxito de una película tan redonda como complicada (¿Qué fue de Baby Jane?), Robert Aldrich se asoció con lo más selecto del Rat Pack, por entonces en el máximo apogeo de su popularidad, para dirigir una comedia (la primera de su filmografía) ambientada en Texas durante la época del Viejo Oeste. El clan Sinatra tenía la buena costumbre de escoger directores de prestigio (Sturges, Milestone) para realizar los proyectos destinados a su exclusivo lucimiento, y a Aldrich seguramente le apetecía cambiar de registro después del duro rodaje de su film anterior, así como dirigir un casi seguro éxito comercial que sin duda afianzaría su posición en la industria, que apenas un lustro había sufrido un duro golpe al ser apartado de la dirección de Bestias de la ciudad.
Para lo bueno y para lo malo, Cuatro tíos de Texas responde en todo momento a las expectativas que pueda generar una comedia protagonizada por los dos rostros más representativos del Rat Pack: acción, humor bastante básico pero muchas veces efectivo, lujo, canalleo, chicas guapas, trama sin complicaciones y carisma por arrobas. Podría esperarse de Aldrich la mejor película protagonizada por el clan Sinatra, pero ese lugar le corresponde, y con diferencia, a La cuadrilla de los once. Cuatro tíos de Texas es una más, ni la mejor, ni la peor, y viéndola uno tiene a veces la sensación de que su rodaje tuvo que ser bastante más divertido que la propia película… la cual, en su mayor parte, también resulta divertida.
El guión, desde luego, no es ningún prodigio de originalidad e ingenio, pero sirve con eficacia como vehículo para que sus protagonistas luzcan ese estilazo que siempre tuvieron. Y al mejor Aldrich se le ve únicamente en las escenas de acción, en especial en el asalto a la diligencia con el que comienza la película. Ahí se aprecia la huella de un gran director, cuyo trabajo está a partir de los créditos iniciales más de acuerdo (a veces, incluso demasiado) con el relajado tono de la producción, en la que que quizá la nota discordante (y de agradecer) es la presencia de un malo integral. Lo de que el banquero sea un tipejo despreciable es más previsible, y concuerda con el trato que suele darle Aldrich en sus películas a quienes ostentan el poder y la autoridad. La narración es ágil y, en lo técnico, la puesta en escena es solvente, sin más, y el director vuelve a rodearse de sus colaboradores habituales, con la única excepción de Frank DeVol, que en esta ocasión cede el apartado musical a uno de los máximos responsables de los mejores discos de Sinatra, Nelson Riddle. Entre los peros, el exceso de metraje (algunas escenas, como aquella en la que intervienen The Three Stooges, no deberían haber superado la criba de la sala de edición), una trama previsible, en la que aparecen todos los tópicos del western, y una conclusión facilona.
Si la película se ve con agrado es, en buena parte, gracias a sus protagonistas. El término cool parece haber sido inventado para dos tipos como Frank Sinatra y Dean Martin, da igual que vayan sin afeitar y cubiertos por la arena del desierto, o que en este film no luzcan sus enormes cualidades como cantantes. Interpretan, como casi siempre, a dos simpáticos crápulas, con una naturalidad y una presencia que no se compra en las tiendas. Si en películas de mayor enjundia ambos demostraron ser también ser muy buenos actores, aquí hacen lo que les gusta, todo está a su servicio y su lucimiento es la base del espectáculo. Aunque, hablando de lucimiento, qué mejor que rodearse de dos auténticos sex-symbols como Anita Ekberg y Ursula Andress en sus años de máximo esplendor. Puede que ninguna de las dos sea una gran actriz, pero hay que ser bastante retorcido como para fijarse en ello, sobre todo si quien ha de fijarse es un hombre. Ekberg y Andress derriten la pantalla. Serán dos floreros, pero bellísimos. Del resto del reparto, destacar a Victor Buono, componiendo un personaje no menos viscoso que el que interpretaba en su anterior colaboración con Aldrich, pero aún más desagradable, y a un Charles Bronson que ya se había convertido en el tipo duro que le daría celebridad.
Cuatro tíos de Texas no es una gran película, pero sí un jugoso entretenimiento sin pretensiones. Puede considerarse un interludio lúdico-festivo en la trayectoria de un Robert Aldrich que por entonces vivía sus mejores años como cineasta.