A estas alturas del cuento, uno ya no esperaba que el cansino guirigay sobre la fecha y la pregunta de la consulta soberanista catalana diera otro fruto que un adefesio. No obstante, las fuerzas nacionalistas y sus mariachis de Iniciativa han conseguido sorprenderme, aunque sea sólo un poquito, por su nueva demostración de falta de nivel. Iré al grano: cualquier fórmula que no fuera la siguiente…
PREGUNTA: ¿Cuál desea usted que sea la relación de Catalunya con el Estado español?
POSIBLES RESPUESTAS:
A) Catalunya ha de constituirse en Estado independiente.
B) Catalunya debe permanecer siendo una Comunidad Autónoma dentro de España.
C) Catalunya ha de formar parte de un Estado español de signo federal…
era, lisa y llanamente, una estafa democrática, perpetrada por unos tipos que se llenan la boca hablando de los derechos democráticos de un pueblo y sólo aceptan que éste se exprese cuando y como ellos quieran, puesto de propaganda (pagada por todos) hasta las cejas, y exclusivamente sobre aquello que a ellos se les pase por los cojones. Eso, por no hablar de la pamema-mantra de que no habrá progreso social sin progreso nacional, de un simplismo tan insultante que no creo que merezca ser comentada por nadie que tenga un cociente intelectual superior al de una ameba (y que me perdonen las amebas). En todo caso, la cuestión ya no es si sería o no deseable una Catalunya independiente: lo verdaderamente sustantivo es que una Catalunya independiente es inviable, y así seguirá siéndolo durante generaciones. El problema es que, mientras se habla de algo que no va a suceder, todo se va desmoronando.