Vaya, vaya, resulta que a veces sí se puede hacer algo… las almas caritativas dirán que la paralización definitiva de las obras en el barrio burgalés de Gamonal demuestra que la unión hace la fuerza. Como de costumbre, las almas caritativas se quedan cortas: la lección de Gamonal es que, por desgracia, para que los puteadores escuchen a los puteados, a éstos no les queda otra que ponerse (unidos, eso sí) duros y hacerse visibles a gran escala. Gamonal enseña el camino: gente anónima luchando por lo concreto, por lo tangible, por el aquí y el ahora, más allá de lo cual no hay nada susceptible de poder ser planeado con detalle. Los demás somos libres de seguir ese camino, o de no hacerlo y seguir aceptando caramelos con sabor a inconcretos (o directamente imposibles) futuros espléndidos mientras hoy nos joden la vida.