Esto lo escribí en junio de 2013, después de haber visto un concierto del guitarrista más grande de todos los tiempos. Hoy recuerdo estas palabras con pena, por la muerte del genio, e incredulidad ante el hecho de que nunca más podré verle actuar:
«Antes de él estuvieron Niño Ricardo, Sabicas y otros muchos, pero no es aventurado decir que Paco de Lucía significó para la guitarra flamenca lo que Jimi Hendrix para la eléctrica: después de él, todo su gremio quiso ser él. Hoy, su influencia y su talento permanecen intactos. A Paco de Lucía no se le discute, se le admira, porque es un artista con mayúsculas.
Gloria a Paco de Lucía, renovador y al mismo tiempo guardián de la esencia del flamenco».
Sin duda, el maestro de Algeciras tuvo una buena vida. Gracias a su música, la vida de muchos otros fue mejor. Seguirá siéndolo, porque continuaremos escuchando sus canciones con el mismo entusiasmo y la misma admiración, pero con la muerte de artistas de esta categoría, los que quedamos vivos también morimos un poco.