Nueva visita al Jamboree, esta vez para ver y oír el concierto del cuarteto de Eric Revis, a quien he visto varias veces acompañando a Branford Marsalis y, más recientemente, marcando el ritmo en ese imponente grupo llamado Tarbaby. En el grupo de Revis figura un viejo conocido de nuestra ciudad, además de excelente saxo tenor, llamado Bill McHenry, además del saxo alto Darius Jones y el batería Chad Taylor. Un cuarteto sin piano que prometía mucho ritmo y pocas concesiones, y dio todo eso y más.
No conforme con aprovechar mucho y bien los años junto al músico más brillante de la saga Marsalis, Revis va más allá y ofrece a su audiencia unas composiciones arriesgadas, en las que la capacidad para deconstruir temas clásicos (faceta en la que McHenry es también muy diestro) va de la mano con un muy desarrollado instinto para el swing llevado al terreno de la experimentación y las improvisaciones más lúcidas, que pueden escucharse en proyectos en trío como Parallax o el recién publicado City of asylum. En directo, el cuarteto es capaz de apabullar con su energía y dejar boquiabierto al personal a base de músculo puro, pero también de navegar por terrenos mucho más asequibles para los menos puestos en esto del jazz. Darius Jones es uno de los saxofonistas altos más potentes que he oído en mi vida, y sus solos provocan tanto estímulo anímico como asombro a la audiencia. Chad Taylor toca mucho y bien sin esfuerzo aparente, y Bill McHenry sigue siendo el brillante improvisador y el músico de notable buen gusto que recordaba de sus (y mis) años mozos. Al frente del cotarro, un contrabajista superlativo que es capaz de extraer de su instrumento sonidos excelsos. Gran música servida por grandes músicos, intenso concierto que se hizo corto. Qué bueno es ver jazz en directo cuando quienes lo sirven van sobrados de técnica y energía.
Una canción del álbum Parallax:
Revis y Taylor acompañando al saxofonista Avram Fefer: