HAPPYTHANKYOUMOREPLEASE. 2010. 95´. Color.
Dirección: Josh Radnor; Guión: Josh Radnor; Dirección de fotografía: Seamus Tierney; Montaje: Michael R. Miller; Música: Jaymay; Diseño de producción: Jade Healy; Dirección artística: Chris Trujillo; Decorados: Scott Kuzio; Producción: Jesse Hara, Benji Kohn, Chris Papavasiliou y Austin Stark, para Paper Street Films-Tom Sawyer Entertainment-Back Lot Pictures (EE.UU.).
Intérpretes: Josh Radnor (Sam Wexler); Kate Mara (Mississippi); Malin Akerman (Annie); Tony Hale (Sam 2); Michael Algieri (Rasheen); Zoe Kazan (Mary Catherine); Pablo Schreiber (Charlie); Peter Scanavino (Ira); Richard Jenkins, Bram Barouh, Fay Wolf, Marna Kohn, María Elena Ramírez, Laith Nakli.
Sinopsis: Sam es un aspirante a escritor que está a punto de cumplir treinta años. El día en el que va a entrevistarse con un editor para intentar venderle su primera novela, se hace cargo de un niño que ha perdido a su familia en el metro.
Happythankyoumoreplease es la ópera prima, como director y guionista, del actor Josh Radnor, conocido por ser el protagonista de Cómo conocí a vuestra madre, en mi opinión una de las mejores comedias de esta época dorada de la televisión que es, de momento, el siglo XXI. Siendo seguidor de la serie, la tentación de buscar a Ted Mosby detrás de Josh Radnor es importante, y en parte se cumple: la película contiene más elementos dramáticos que How I met your mother, pero en el personaje interpretado por Radnor sí se encuentran muchos elementos comunes con el que le ha hecho famoso. Sam, como Ted, es un buen tipo empeñado en ganarse la vida haciendo lo que le gusta. Es también un romántico empedernido que se encuentra en esa edad en la que uno se enfrenta, en lo sentimental, al dilema de seguir buscando el amor verdadero (con la creciente posibilidad de no encontrarlo, y de que los sucedáneos que se vayan cruzando en su camino sean cada vez peores) o emparejarse de por vida (es un decir) con lo primero que pille o, más bien, con la primera que le pille. Sam y Ted adoran Nueva York, y tienen unos cuantos amigos con quienes compartir inquietudes y confidencias. Por si no ha quedado claro, hay mucho de Ted Mosby en Sam Wexler.
Pero esto no es Cómo conocí a vuestra madre (bueno, un poco sí), sino el debut de un director de cine cuyo referente más claro no es otro que Woody Allen. La cosa va de relaciones humanas en la ciudad que nunca duerme, y de cuatro historias cruzadas, cuyo nexo común es el personaje de Sam. Como guionista, diría que Radnor merece un aprobado bastante alto: no es que lo que explique sea demasiado original, pero tiene buena mano para los diálogos, sabe darle emoción y contenido a las escenas y todo resulta muy creíble, algo no muy frecuente en la comedia romántica. Predomina el tono amable, se nota que Radnor quiere a sus personajes y, aunque abusa del uso de las canciones (varias de ellas muy estimables) de Jaymay para subrayar sus sentimientos y deseos, su forma de contar lances dramáticos dándoles siempre un toque de humor y vitalismo me lleva a pensar que estamos delante de un cineasta con futuro. En lo visual, el film no pasa de correcto, y a uno le gustaría algo más de riesgo, por ejemplo, en la exposición de los diálogos más allá del típico plano-contraplano, pero está claro que los intereses de Radnor van más por lo narrativo, y ahí, por mucho que en mi opinión la historia de Mary Catherine y Charlie, la pareja que duda ante la posibilidad de mudarse a Los Ángeles en busca de mejores perspectivas profesionales, flojee respecto al resto, sale muy bien parado. Reconozco que algunas frases me han parecido fabulosas, dignas de su ilustre referente, y que la película me conquistó cuando un personaje femenino, que además es cantante, le dice al protagonista: «Escribes historias cortas, y te gusta vivir historias cortas». Radnor tiene el valor de no renunciar a ser ñoño, porque algunas cosas (lo que le dice Sam 2 a Annie en el restaurante, y cómo se lo cuenta ella a Sam 1 a través del contestador) sólo pueden explicarse de ese modo. Uno le agradece que su película no sea mezquina. No cambiará la historia del cine, ni ocurre en ella nada extraordinario, pero desprende buenas vibraciones y detrás de ella hay mucho cariño, y no poco arte.
Como actor, Radnor no se ha retado mucho así mismo: camina sobre un terreno, el del tipo sensible a las puertas de la edad adulta, que domina bien, y cuando se adentra en senderos más dramáticos demuestra tener el suficiente poso interpretativo como para no parecer forzado. El plantel femenino es, por lo demás, lo mejor: Kate Mara no sólo es perfecta para ser esa chica de la que te enamoras nada más verla, sino que ofrece signos de actriz completa; Malin Akerman es la mejor del reparto: su personaje es quizá el mejor desarrollado, y ella le da vida de manera admirable: nunca una mujer alopécica fue tan bella en una pantalla; y Zoe Kazan lidia bien con un rol más tópico. En los papeles masculinos hay menos brillo, aunque Tony Hale aprovecha muy bien las oportunidades de lucimiento que el guión le ofrece. En el film sólo aparecen dos personajes adultos de cierta entidad: los que dicen no. El niño, Michael Algieri, se limita a cumplir, y su personaje es más un punto de apoyo para entender al de Sam que alguien capaz de brillar por sí mismo.
En resumen, Happythanyoumoreplease es una ópera prima muy prometedora, con momentos excelentes y que deja la sensación de que podemos esperar buenas cosas de Josh Radnor como director. Un oasis en el casi desértico, en lo que a calidad se refiere, panorama de la comedia romántica contemporánea.