THE PROPOSITION. 2005. 103´. Color.
Dirección: John Hillcoat; Guión: Nick Cave; Dirección de fotografía: Benoît Delhomme; Montaje: Jon Gregory; Música: Nick Cave y Warren Ellis; Dirección artística: Bill Booth y Marita Mussett; Decorados: Jill Eden; Diseño de producción: Chris Kennedy; Producción: Chris Brown, Chiara Menage y Cat Villiers, para UK Film Council-Autonomous-Surefire Films- Jackie O Productions (Reino Unido-Australia).
Intérpretes: Guy Pearce (Charlie Burns); Ray Winstone (Capitán Stanley); Danny Huston (Arthur Burns); John Hurt (Jellon Lamb); Emily Watson (Martha Stanley); Richard Wilson (Mikey Burns); Robert Morgan (Sargento Lawrence); David Gulpilil (Jacko); Oliver Ackland (Patrick Hopkins); David Wenham (Eden Fletcher); Tom Budge (Samuel Stoat); Noah Taylor, Lance Medlin, Rodney Boschman, Ralph Cotterill.
Sinopsis: Los hermanos Burns son un clan de forajidos que siembra el terror en zonas apenas colonizadas de Australia. Dos de ellos, Charlie y Mikey, caen prisioneros de las tropas británicas después de un tiroteo. El capitán Stanley, jefe de esas tropas, ofrece un trato a Charlie: la vida de Arthur, el líder del clan, que vive en una cueva casi inaccesible, a cambio de salvar la suya y la del hermano menor, Mickey.
La colaboración entre el cineasta John Hillcoat y el músico y escritor Nick Cave fructificó en este atípico western australiano que puso en el mapa al director y supuso un espaldarazo a la muy interesante carrera literaria del polifacético líder de los Bad Seeds. El film recupera la estética, que no la épica, del cine del Oeste, trasladando la acción a un continente todavía salvaje en los años en los que se sitúa la acción.
La película comienza con un sangriento tiroteo entre soldados británicos y unos forajidos atrincherados en una solitaria casa de madera. El intercambio de balazos acaba con la detención de dos de los bandidos, miembros del clan de los Burns. El mayor de ellos, Charlie, se separó de Arthur, el sanguinario líder de la banda, llevándose con él a Mickey, el hermano pequeño. Stanley, el oficial británico al mando, quiere capturar a Arthur por encima de todo, pues le considera el máximo responsable de la violación y asesinato de una familia de colonos, y le ofrece a Charlie el indulto a cambio de que sea él quien mate al hermano ausente, que se refugia en una cueva alejada del mundo. Charlie acepta la propuesta y parte en busca de Arthur. Sin embargo, cuando los otros colonos descubren el plan de Stanley, montan en cólera contra él por haber liberado a un criminal de la peor especie.
A partir de este ingenioso planteamiento, Cave y Hillcoat hacen un retrato nada complaciente de un país salvaje en el que apenas asoman unos mínimos vestigios de civilización. En todo momento se enfatiza el contraste entre la belleza de los parajes naturales en los que se sitúa la acción, y la crueldad, el salvajismo y la ausencia de valores morales de las personas que los pueblan. La película es bastante realista a la hora de mostrar la violencia y, en especial, sus efectos. La escena en la que los colonos contemplan, entre aliviados y satisfechos, el castigo (que en la práctica es una ejecución) que se infringe a Mickey, mientras cientos de moscas descansan sobre sus espaldas, es sobrecogedora, y estoy seguro de que a Sam Peckinpah le hubiera gustado. Que, en estado natural y alejado de las convenciones sociales, el hombre es un lobo para el hombre, es un tema constante en la filmografía de Hillcoat, y ya aparece en primer plano en ésta su presentación a nivel internacional. La preciosista, y a ratos preciosa, fotografía, nos viene a decir que es una lástima que lugares tan bellos estén habitados por gente que rezuma maldad. Resulta tan fácil estar de acuerdo con este mensaje como complicado empatizar con alguno de los personajes de la película, que en este sentido no se traiciona: se habla de misantropía, y ésta, además, se ejerce. Sólo en el personaje de Stanley el deseo de justicia no degenera en venganza ciega. El guión de Nick Cave está bien escrito y nada en él es superfluo; su trabajo musical es aquí claramente secundario, pese a que las canciones que se oyen en la película dicen muchas cosas. No tantas, eso sí, como esa brillante escena final que deja en el espectador el aroma a western de altura. Eso es La propuesta. También es odio, crueldad, polvo, alcohol, moscas, amor por la naturaleza, lazos de sangre, revólveres, cuchillos y paz imposible.
El reparto es de mucha calidad, y está encabezado por Guy Pearce, uno de los actores australianos más reconocidos a nivel mundial. Su interpretación es muy buena, y sabe transmitir esa cólera muda que es el factor que casi siempre mueve a su personaje. No le va a la zaga Ray Winstone, excelente en un papel con muchos más matices de los que sugiere su primera aparición en escena. Danny Huston tiene la virtud de saber humanizar al monstruo que interpreta, y tanto el fantástico John Hurt como Emily Watson aportan su buen hacer a un conjunto muy notable. No me olvido de Tom Budge, cuyo personaje no deja de ser otro tipo de bandido, de esa clase que domina el mundo.
La propuesta es una muy buena película, intensa e incómoda, sobre un violento viaje de ida y vuelta por lo más salvaje de Australia. También es uno de los westerns a tener en cuenta de los realizados en lo que llevamos de siglo.