Anda la ciudad, o al menos las partes que uno ha explorado últimamente, menos vacía de lo que suele por estas fechas. Entre los muchos que ni sueñan con poderse ir de vacaciones, los que las hacemos cualquier otro mes, la estomagante avalancha de guiris, y/o esa megafiesta gaylor que demuestra lo tolerante que es Barcelona con la gente que deja pasta, uno aún no ha podido cruzar la Diagonal, a plena luz del día, con el semáforo en rojo y sin coches a la vista, con lo que eso mola. Imagino que, con la estampida que se producirá de aquí a un par de días, la cosa va a estar despejadísima de presuntos semejantes… excepto, claro está, en el barrio de Gràcia, que comienza sus siempre concurridas (y, en los últimos años, sobresaturadas) fiestas con el pregón del jueves. El octavo mes del año en Barcelona ya no es lo que era, pero ¿dónde se ha visto un parque temático que cierre en agosto?